Batalla contra Ladón

13.6K 660 231
                                    

Nico Di Angelo.

Ella no estaba muerta.

Esto era muy obvio, porque yo no la sentí morir. Pero tampoco estaba viva, estaba justo a la mitad de la vida y la muerte, y no tenia idea de que podría ayudarla, esta situación me frustra al máximo.

Yo estaba sentado junto a ella con el pasto alrededor de nosotros, ella más pálida que yo con su ropa sucia salpicada de sangre y su herida vendada.

Tan sólo el recuerdo de sus gritos mezclados con el de la hidra me dan escalofríos, y luego las escenas mientras la curábamos y ver que no iba despertar me dejaban con un dolor en el pecho.

Estábamos a un par de días para el solsticio de invierno, era 19 de diciembre y Jean estaba casi muerta y aún no sabíamos si Lily lo estaba también. No tenía idea que hacer, pero en el revoltijo que había en mi cabeza no tenia duda de que no iba dejar a Jean sola.

-Hey, Nico.- dijo Alex apareciendo entre los arboles, los cuales se movían por la brisa fría.- creo que... Deberíamos ir en busca de Lily.- se rasco la nuca.

-No podemos dejar a Jean sola.- dije friamente.

-Claro que no, pero ella hubiera querido que fuéramos a salvar a Lily.- me respondió demasiado serio para ser Alex, por un momento me pregunte si era el y no algún monstruo disfrazado de él, pero no su presencia seguía siendo molesta. Y no ayudaba lo que me había dicho.

-No hables de ella como si estuviera muerta.- dije levantando del pasto, me pare justo enfrente de él.- Sí yo te digo que no he sentido su alma desprenderse por completo de su cuerpo es por algo, no solo lo estoy inventando.- estaba matándolo con la mirada.

Ahora el Alex de siempre volvió poniendo una sonrisa amarga en su boca.- Te creo di Angelo.- se alejo de mi.- Pero creo que uno de los dos debería ir en busca de Lily y otro quedarse cuidando a Jean.- se hinco junto a Jean y le acaricio el cabello, yo fruncí el ceño.- en vista de que estás muy estresado deberías quedarte con Jean.-

-No, tú te quedaras y yo iré en busca de Lily.- les di la espalda.- No podría quedarme sentado sin hacer nada.- dije entre dientes.- Es mejor que me ponga en acción.

-Y rápido, en dos días tenemos que llevar a Lily, a la constelación y a una Jean inconsciente.- bufó.- no se como se lo diremos a Percy. como lo tomará con nosotros...- murmuró algo más pero ya no me esforcé en escucharle.

Maldije en griego. ¡Percy! Lo había olvidado, yo le prometí que a Jean no le iba suceder nada malo y ahora está a un paso de la muerte. Sentí frustración por todo mi ser, y ver el parecido de lo que paso con Bianca no ayudó mucho.

Este verano al volver al campamento (y saber que Percy se quedaría todo el año) terminé quedándome, pero no tenía idea de que Jean pudiera estar allí y me hiciera recordar todo. Estaba dispuesto a volver a sentir lo mismo que sentía por Percy, cuando dejé el Campamento al terminar la guerra contra Gea yo había decidido dejar ese sentimiento hacía él, pero al estar en el Inframundo sentía que algo faltaba y no estaba seguro de lo que era; así que lo más lógico era que necesitaba de Percy.

-... Y explotó un mono volador en mi cabeza.- dijo Alex mirándome mientras hablaba, yo me le quede viendo raro.- Oh, convenientemente escuchas cuando digo la peor parte, te he estado hablando hace como un siglo y tú sigues en el mundo de Nico... ¿Qué hay allí? ¿Un altar para Poseidon por crear hijos tan malditamente guapos?- se recostó en un árbol sonriendo.

-¿Quieres callarte?- escupí, viéndole fríamente.- ¿Cómo fue que te metiste en mi vida?- dije pateando el perfecto pasto del suelo.

-Debes buscar otros lugares para hablar de tu obsesión por los hijos de Poseidon.- dijo riéndose.- No es como si fueras el gran maestro de los secretos.

La Hija del Mar. (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora