Jean

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Jean Parnell.

Me desperté, la chica rubia llamada Annabeth me dijo que si podía pararme la buscara y ella se la pasaría conmigo por la conmoción y todo eso. Logré levantarme, dormí en la enfermería, donde hay una regadera y me duché, me puse ropa que me dejaron ayer en la noche y salí despacio de ese lugar.

Había muchas personas, mejor dicho, muchos adolescentes, niños y jóvenes corriendo o caminando por todos lados, algunos mirándome otros enfocando en sus actividades, la mayoría usaba la misma playera que yo llevaba. Llegué a un lugar con varias cabañas distintas donde salían varios chicos, en una cabaña bonita salió la chica bonita de ayer. Cuando me vio fue directamente hacia mi.

– Jean, ¿qué haces aquí?- pregunto la chica, Piper creo.

– Annabeth me dijo ayer que la buscara- le contesté.

– Claro, pero debiste decirle a uno de los que te cuidaban.- dijo Piper

– No estaban, me levante temprano, y no podía esperar.- atrás de Piper, estaba Annabeth con un chico de cabello negro y ojos azul mar.

– Jean deberías descansar, ¿estas lista para todo esto?- me preguntó Annabeth.

– Lo estoy. Creo que debería afrontar esto, ya.- le contesté y luego voltee a ver al chico de ojos verdes, los cuales eran muy bonitos.

– Ah, lo siento. Jean el es mi novio Percy, Percy ella es Jean la chica de ayer.- Annabeth nos presentó.

Le tendí mi mano y el la tomo.- Lindos ojos.- le dije, tal vez por que sus ojos eran casi del mismo color que los mios.

– Igualmente.- me respondió sonriendo. Percy ahora habló a su novia.- Vayan al comedor, hay que estar atentos ya que en cualquier momento deberían reclamarla.- dijo algo molesto, pero no eran con Annabeth, ni conmigo.

– Bien Percy, nos vemos.- le dio un beso en la mejilla y él salió corriendo.

– ¿A qué se refiere con reclamar?- les pregunté a las chicas.

– Tu padre o madre olímpico debe reclamarte a los 13 años, ellos hicieron un juramento sobre eso.- respondio Piper.

– Ahora sabemos que tiene que ser padre, ya que tu madre era humana.- dijo Annabeth

De camino hacia el comedor me hablaron sobre el Campamento Mestizo, algunas reglas, y de que habían dioses llamados los tres grandes, que eran muy importantes; Zeus, Hades y Poseidon. Se me hizo difícil procesarlo estaba todavía pasmada. Llegando al comedor Piper se fue a su mesa y Annabeth me dejo la de Hermes a cargo de los jefes, me dijo que seria momentáneo.

– Debes dar una ofrenda, quemarla y dársela a los olímpicos.- dijo un hermano, creo que Travis.

– Regresar y comer lo que quieras, siempre se la damos a nuestro padre, pero en este caso puedes dárselo a todos.- dijo ahora Connor

-Bien.- y me levanté para quemar mi ofrenda. Enfrente de la hoguera, me quedé unos segundos pensando, ¿qué rayos digo? O mejor dicho, ¿a quién le rezo?

Suspiré: "Padre, si alguna vez me quisiste, por favor muéstrate". Luego lo lancé mirando como el fuego consumía todo y se alzaba el humo que no llegaba esta arriba sino que desaparecía en una determinada altura. Posteriormente fui a sentarme en la mesa, todos comían alegremente, pero eso fue interrumpido por uno momento. Todos me estaban observando, bueno, miraban arriba de mi cabeza con expresiones incrédulas, y de confusión. Voltee arriba y me observe que había un tridente flotando arriba de mi cabeza. Oh, ¿ahora qué significa eso?

– Salve Jean Parnell, hija de Poseidon dios del mar, las tormentas y Agitador de la Tierra.- dijo Quiron y se inclinó, luego todos hicieron lo mismo. ¿Soy hija de uno de los tres grandes? ¡Eso es impresionante! ¿Y ahora qué hago? Annabeth olvidó mencionar que hacer cuando esto me pasara y realmente es bastante incomodo tener a gente inclinad hacia ti.

La Hija del Mar. (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora