7. A t r a c c i ó n

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L

Se tapó la boca tranado de contener la carcajada que se le quería salir mirando fijamente como a Sart casi  echaba humo por los oídos. Estaban en una hora libre que tenían por lo que todos estaban distraidos hablando o usando su celular, así que aprovecho para preguntarle qué había pasado que Sart llegó tarde junto a un sonriente Henry que tenía un moretón en el mentón.

—Eso, ríete de mi sufrimiento—dijo el rubio mirando seriamente a Lance.

Este no aguantó mas y se empezó a reír fuertemente captando la atención de algunas personas en el salón. La risa de Lance no duró mucho al percatarse de esto y volvió a poner su mala cara mirando a todos en el salón.

—¿Se les perdió algo o qué ven? —dijo de mala gana haciendo que todos volvieran a distraerse tratando de ignorar el hecho de que habían escuchado la risa de Lance, cosa que pocas veces pasaba frente a mucha gente.

Suspiró y volvió su atención a Sart que seguía con la misma mueca asesinando con la mirada a Henry unos puestos mas adelante. Este se volteó cuando sintió la hostil mirada y agrandó su sonrisa guiñando uno de sus ojos y formando un corazón con sus manos dirigido a Sart. El rubio gruñó y apartó la mirada rompiendo en el proceso un lápiz que tenía en su mano.

—Ey, ey, el lápiz no tiene la culpa de la insana obsesión que tienen tú y Henry de hacer apuestas, por mi parte yo disfruto de verlos, es como una comedia romántica en proceso.— se río apoyando su rostro en la palma de su mano con un codo apoyado en la mesa.

—No entiendo que tiene de romantico y gracioso—el rubio se cruzó de brazo rodando los ojos.—además se merecía ese golpe por pasarse de listo conmigo ¡el idiota apagó mi celular para quitar mi alarma y quitó su alarma a propósito! ¿Sabes el mental breakdown que tuve al ver que eran las 8:30 am y el soperutano ese solo se reía en mi cara? Por suerte tenía el libro de Literatura y le pude dar tremendo golpe en la quijada.

—¿Usaste el libro de Literatura? ¿Como Henry no tiene la cara rota? —volvió a carcajearse. El libro de literatura era un libro de tapa dura super pesado y grande.

—Se movió antes de que le diera en la cara pero me conformo con el morado que le deje—sonrió como niño bueno.

Lance negó riendose.

Sin duda disfrutaría la estadia de Sart en la casa de Henry, estos dos eran lo máximo estado uno con el otro. Sus discusiones, las apuestas, las provocaciones que Henry le hacia a Sart para sacarlo de quicio. Lance sentía que gracias a ellos su semana seria divertida y no una mierda, al menos estando con Sart alado contándole todo lo que ocurría.

El timbre sonó dando por finalizada la hora libre para comenzar el receso, todos empezaron a salir del salón, incluído él y Sart.

Caminando por los pasillos siguieron hablando pero esta vez del tema que tuvieron en su clase de biología, razonando entre la descomposición y putrefacción de las cosas. Ellos cada vez que podian hablaban de un tema de cualquier clase para disipar dudas, lanzar opiniones e incluso debatir entre argumentos y argumentos. Haciendo pensar a todo el que presenciaba que esos dos chicos se habían comido tres mil libros, Wikipedia, El rincón del vago, y cada sitio con información en el mundo en cada argumento. No por nada eran los dos mejores alumnos del colegio.

Los dos agarraron el menú del dia que era Spagetti con albóndigas y se sentaron tratando de alejarse del bullicio. Siguieron hablando mientras comían.

Lance a lo lejos miró que Henry se acercaba con su sonrisa detras de Sart que seguía hablando mirando a un punto ciego. Lance contuvo su risa cuando vio que Henry se puso un dedo en los labios acercándose más y más.
Miró a Sart que mastica una albóndiga con el ceño fruncido.

Sin Besos (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora