《Just a Kiss》

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Taehyung había pasado todo el día con la única compañía de su guardia Park Jimin. Todas las actividades que debía cumplir por el día estaban hechas, de manera que se encontraba en su habitación, mirando por la ventana.

Observó el momento en el que el pelinegro regresó al palacio, con la tenue noche reflejándose en su cuerpo y unas sombras a juego en su rostro. Lo notó serio y concentrado en sus pensamientos. A pesar de sus manos sudadas y su corazón acelerado, le dedicó una mirada con cierto desdén desde lo lejos.

Jungkook había salido a la ciudad sin él, dejando dicho que Taehyung se sentía indispuesto, impidiéndole así abandonar el palacio. De la misma forma, el jovencito aprovechó y se escapó de tomar el desayuno con el resto de la familia Jeon. No salió de la habitación sino hasta que le tocó encontrarse con el señor Lee.

De cierta forma agradeció la excusa del príncipe Jungkook, porque él realmente no se hubiera sentido lo suficientemente capaz para enfrentarlo después de lo que había sucedido la noche anterior. Le dolía un poco todo el asunto; se sentía con malestar de solo pensarlo. Y más aun le removía saber que el pelinegro tenia razón en haber reaccionado así, en haberle dicho todo lo que le dijo. Taehyung se había dejado llevar, dejó un espacio de luz para sus sentimientos y ocasionó toda una escena que posiblemente le costaría una desventaja en su relación con su amigo.

Escuchó unos golpes en su puerta y regresó a la realidad, girando su cuerpo para permitirle el paso a su guardia. Éste cerró la puerta tras él y observó con curiosidad a su príncipe.

-Mi príncipe, ¿está todo bien? -Preguntó, preocupado-. Definitivamente no ha tenido buena cara en todo el día

-¿No quieres regresar? -Fue la respuesta de Taehyung-. A Daegu, Jimin, ¿no quieres volver al palacio? Puedes ser honesto conmigo

El aludido permaneció pensativo durante unos segundos y luego respiró profundo. Asintió para el contrario antes de hablar.

-Aquí no se está tan mal, después de todo. Las personas son amables, pero... no termino de acostumbrarme -Expresó-. Así que sí, por supuesto que quisiera regresar a Daegu

-Siento exactamente lo mismo, Jimin -Dijo, cabizbajo-. Este sentimiento de que no pertenezco aquí no desaparece, no existe un solo día en que no desee estar con mi familia

-Siento mucho que esos sean sus pensamientos, mi príncipe -Dijo el guardia con pesar-. Realmente quisiera poder hacer algo más por usted

Taehyung le sonrió de medio lado, sabiendo que sus palabras eran honestas. Park Jimin siempre había estado para él, como su guardia y como su amigo. Le aliviaba un poco que por lo menos él estuviera ahí, en medio de todo ese mar de personas y ambiente desconocido.

Sabía que debía bajar a tomar la cena, por eso Jimin estaba ahí, así que sin alargar más el momento comenzó a caminar hacia la puerta de la habitación.

La sala del comedor se encontraba vacía, pero bastaron unos segundos para que se escucharan unos pasos acercarse. La primera en aparecer fue la reina, seguida de su hijo.

-Reina, príncipe -Dijo Taehyung, inclinando su cabeza para ellos

-Oh, cariño -La reina tomó su mejilla entre su palma antes de tomar asiento-. No te había visto durante todo el día, ¿cómo te encuentras?

-¿Qué le pasó al príncipe Taehyung? -Preguntó el rey, ocupando un espacio en la mesa-. ¿Estás bien?

-Oh sí -Respondió el aludido-. Amanecí con un poco de malestar en el cuerpo, por eso no pude acompañar a hyung a Seúl, pero ya estoy mejor -Explicó el jovencito.

▪{m¥ kinG}▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora