VIII

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Todos estábamos en silencio, sumidos en nuestros pensamientos, en estos momentos es donde deberíamos de estar ayudando y no quedarnos sentados esperando respuestas de los McCartney.

Todos teníamos un lugar en la mesa de juntas de nuestro hogar las dos familias enfrentadas.

—¿Qué hacemos aquí? Nadie dice nada y ya me puso algo nerviosa este ambiente. — hablo Kathleen.

— Dijeron que no sabían que atacó su manada, los buscan a ustedes y no sabemos el porqué. — habló Naseem. — piden protección sabiendo que arriesgan a la gente de otras manadas porque tienen algo que a esos cazadores les interesa si quieren seguir bajo nuestra protección tendrán que decirlo.

Los McCartney se quedaron callados, se podía oír su respiración incluso, hasta que Irene soltó un suspiro, su mirada estaba fija en la mesa.

— Nuestra familia tiene una clase de... Bendición o bueno no se como explicarlo de forma sencilla — levanto la cabeza mirándonos a todos — ustedes son hijos o bueno descendientes de dioses de alguna forma u otra su energía recorre sus venas los hace poderosos.

—Los McCartney tenemos algo parecido — interrumpe Jeremiah — nosotros lo creíamos leyenda ya que es de hace miles de años pero cuando empezó todo esto... — toma aire como si le costará hablar — no sabíamos que era así de real, sangre de Dios que nos cubre, sangre de un dios que supuestamente un McCartney mató y por eso el respeto de un Dios se ganó, nos lo contaban antes de dormir creímos que era una boba leyenda.

— Ares...— habla papá — era de los que en más conflictos humanos se presentaba y terminaba herido.

—Papá nos dijo que era de Zeus, que su sangre tendríamos como agradecimiento por la muerte de aquel dios.

— Ares, era el siguiente en la sucesión del Olimpo — papá se cruza de brazos y se recuesta en el respaldo de su asiento, su rostro portaba algunas heridas pequeñas y rastros de sangre. — Bien, la sangre de Zeus o Ares no importa en sí, lo que me interesa ahora es por qué los buscan?

— Los cazadores al parecer les interesa por el simple hecho de ser sangre de un Dios tan poderoso, imagínense un poco de sangre y magia y tienes un dios. — dice rápidamente Garreth.

— No funciona así, los dioses tienen dioses si se juntan con otros dioses, la magia no funcionaría ahí. — explica papá

— Usted es un dios y tuvo a Naseem con un humana. — defiende Irene.

— No soy un dios total, soy un dios menor, tengo poder y cierto control pero jamás tendría un lugar en el Olimpo o incluso un santuario, además al tomar de la decisión de estar en el mundo terrenal y tener este cuerpo soy vulnerable, soy mortal.

— Nuestros padres... Ellos decían que nos buscaban solo para crear nuevos dioses y que ellos llevarán sus misiones — dice casi como desconcertado por esa información Jeremiah.

— No se tomarían tanta molestia en hacer todo esto para obtener un poco de sangre de Dios impura, no tiene lógica — me levanto de la mesa pasa dirigirme a una ventana. — Es que no tiene sentido, porque vendrían aquí.

— El hijo de Hades, Zagreo, un dios puro y que en algún momento mandara en el inframundo ; Naseem, mitad dios. — Demetrius de estira un poco mientras habla — si lo que dicen ellos es cierto tendrían en un solo lugar sangre de dos dioses de la gran trinidad, era facilitarse el trabajo, más con esos seres.

— Nos hubieran atacado hace tiempo, en invierno cuando estamos más inseguros, o porque no los atacaron cuando ellos viajaban. Porque ahora que les dábamos protección, muchos ataques empezaron desde que empezaron a tener lazos nuestras manadas. — empiezo a caminar a la mesa y me recargo en ella intentando pensar que significará todo

— Dar un aviso — interrumpe Magnus — ustedes tienen algo raro, su aroma tiene algo que no logro descifrar y hace que mi lobo les gruña — se levanta y hace una pose imponente que mostraba su jerarquía — tienen conexión con los ataques ¿sí o no?

— Que nosotros sepamos... —habla algo dudosa Irene — no exactamente, nosotros hace algunas semanas apareció una marca y no sabemos que sea o el porqué de que ahora aparezca pero a los días que nos apareció a los 5 se empezaron a reportar ataques. — Irene bajo un poco la manga de su ropa y vemos en su hombro una marca que al parecer inicia desde el centro de su pecho— creímos que ustedes sabrían que significa.

Mi padre examina la marca, eran varias líneas que se enredaban unas con otras pero en el hombro formaban un símbolo.

–Una marca de bendición no es exactamente, no sé si Zeus sea el que lo hizo pero maldición tampoco es – se acerca un poco más a Irene para poder ver mejor la marca. – parece como si hubiera roto la piel.

–El símbolo o lo que sea que forme no representa a ningún Dios, normalmente cuando un Dios quería mostrar que alguien estaba bajo su protección o tenía su bendición deja su marca eso no representa a ninguno —Demetrius estaba sentado al otro lado de la mesa frente a Katleen. Se levantó y dirigió su mirada a mi padre — estaré en la biblioteca intentando encontrar alguna información.

— Está bien— con la afirmación de papá Demetrius de fue — nuestra protección no se anula con este suceso pero para un futuro requerimos que nos digan todo lo que pasa o pasó, así estaremos más preparados. — se levantó y se apoyo  en la mesa — creí que al pedir protección tan solo era por conflictos con una manada cercana no que cazadores los querían matar. — dio un suspiro cansado al terminar de hablar — retirense todos, hay que descansar. Mañana será un mal día para todos.

Muchas personas habían muerto, nadie estaba realmente preparado para un ataque, habíamos peleado con cazadores antes, pero, con esas cosas... era una historia diferente. No sabíamos que eran, de donde venían, no teníamos nada sobre esas cosas.

Mis hermanos y yo íbamos callados en el camino a nuestras habitaciones, los McCartney se levantaron un poco antes que nosotros así que ya debían de estar preparándose para dormir.

— Hay algo que me sigue pasando por la cabeza — Magnus frunció el rostro mientras hablaba — papá nos dijo que mamá murió en un accidente, pero ese cazador dijo que la hizo pedazos—su voz se iba apagando conforme iba hablando.

— Creo que no puedes decirle a tus hijos aún teniendo una pequeña que usa pañales que a su madre la destrozó un cazador que sus últimos momentos los sintió llenos de dolor — Naseem metió sus manos en los bolsillos de su pantalón, tenía algunas partes manchadas de una mezcla entre sangre y tierra.

— Somos mayores ya, nos ocultó todo durante años — el tono de mi voz era algo fuerte a pesar de que estábamos casi susurrando — entiendo que cuando éramos pequeños no era lo correcto, pero ahora sí. Si no hubiera sido por lo que dijo el cazador nunca nos hubiéramos enterado.

— Tu alma gemela, el amor de tu vida y la persona que te dio a tus hijos, es capturada por un cazador que se veía bastante demente, es torturada y asesinada por el mismo y luego te devuelven los trozos que quedaron... Sigue sin sonar fácil de decir — agregó Naseem, llegamos al pasillo de nuestras habitaciones — hablaremos de eso mañana con él, ahora debemos tomar una ducha y mentalizarnos para mañana al ver todo lo que quedó— se acercó a la puerta de su habitación, al abrirla nos dirigió una última mirada — Buenas noches — entró a su habitación y cerró la puerta.

Magnus y yo nos quedamos parados a medio pasillo en silencio, cada uno en sus pensamientos, no se cuanto tiempo pasó hasta que fuimos a nuestras habitaciones. Estaba en automático cuando me di una ducha, cambié y metí a la cama, lo que había pasado hoy se sentía tan surrealista, no podía creer todo lo que había pasado en tan pocas horas.

El cansancio fue llenando mi cuerpo que no noté cuando cerré los ojos y me hundí en la inconsciencia.

AkilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora