XI

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- La manada ya no será segura tanto para ustedes como los McCartney. - dijo mi padre sentado en un sillón individual azul al lado de la chimenea de la sala familiar privada. - los ataques se harán más intensos si es lo que pensamos.

- No te han respondido nada del Olimpo - preguntó Demetrius, su piel se iluminaba por la cercanía que tenía al fuego, estaba sentado en el suelo cercano a la chimenea, su mirada estaba enfocada en como la madera ardía en las llamas.

- Aún nada - mi padre bajo el rostro cabizbajo, tenía unas ojeras un poco marcadas - he estado esperando alguna respuesta, pero no ha llegado nada en tres días.

- Bien, entonces nos iremos todos, la duda es, ¿a dónde sería seguro escapar? - interrogó Magnus a mi padre, el estaba sentado en el festejador sosteniendo un libro con su mano derecha - ningún lugar a nuestro alrededor es seguro.

- El Norte, el círculo de los lobos Ártico no ha recibido ataques a pesar de que estuvieron cerca de esa zona nunca tuvieron el valor de entrar - respondió mi padre, unió sus manos y las llevo a su mentón pensativo - tal vez esas criaturas no soportan el frío.

- O simplemente aún no son tan fuertes para entrar sin problema - estaba sentada con Zachary en mis brazos al lado de Naseem en un sillón blanco posicionado frente al sillón donde mi padre estaba- aunque aquí estamos rodeados y nunca sabremos cuando volverán allá tal vez podríamos encontrar más respuestas.

- Es el lugar más seguro por ahora - confirmo mi padre - hablaré con Jace, le avisaré que llegarán allá en unos días.

- Le diré a William que preparé un transporte para los cuatro-dijo Naseem tomando su teléfono.

- Nueve, los McCartney siguen siendo protegidos por nosotros, y si los cazadores los buscan ellos también necesitan ir a ese lugar seguro - la voz de mi padre fue seria y autoritaria.

- Además, un transporte solo podríamos tomar calles descubiertas para llegar allá, lo mejor sería caminar, nos permitirá tener más tiempo para pensar en rutas y si vemos peligro en algún lugar desviarnos.

- Magnus tiene razón - la mirada de mis hermanos recayó en mi - será lento pero al llegar al tren en una estación cercana como en Rouhek o en el castillo de Sephyrem recuperaremos ese tiempo.

- Bien - dijo Demetrius, se había girado para vernos a todos y ya no el fuego - un perfil bajo, y sin informar a nadie, no sabemos si gente de otras manadas, aquelarres o clan metido en esto.

- Trataremos de alejarnos tanto como sea posible de los territorios - respondió Magnus con una voz algo irritada, el libro que había estado leyendo fue puesto en una mesita al lado de la ventana - solo advierto, no seré niñero de los niños McCartney, son lobos al igual que yo pueden defenderse.

- No tienen esos instintos Magnus - respondió Naseem.

- Todos los tenemos, un lobo es un lobo sin importar que tan civilizados creen ser - se levantó del festejador y camino hacia la puerta - empezaré a alistar mis cosas.- abrió a la puerta y antes de salir me dio una mirada rápida - Akila, avísame cuando saldremos. - y con eso se retiro y cerró la puerta.

- Ha estado muy irritable estos días - mencionó mi padre - tal vez una luna está cerca.

- Está preocupado, ha pasado demasiado en estos días - respondí en defensa de mi hermano - su instinto es protegernos, ahora siente que todo lo está superando.

Un silencio de instaló en la sala, se oía el chirriar de la madera, el viento chocar contra los vidrios del ventanal y como este movía los árboles del exterior.

- Dos días, mañana alistaremos todo, un mapa con rutas, comunicadores, armas y- dijo Naseem - nos iremos en la madrugada. - mi padre asintió.

- Les daré aviso a los McCartney en el desayuno mañana para que se preparen.

AkilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora