Aprendiendo de Dios

El hombre enfrenta.

El hombre enfrenta un severo
problema consigo mismo. A nivel
personal se ve afectado por desajustes
emocionales, sufre de crisis de
identidad. Su pregunta incesante
"¿Quiénsoy?","¿Paraqué nací?".

En su yo interno hay gran inseguridad,
soledad, miedo, su futuro es incierto,
baja autoestima, complejos, no le
encuentran sentido a la vida, y lo mas
devastador; sin identidad ni propósito.

El hombre se encuentra preso del
egoísmo y del orgullo que le hacen
confundir la libertad con el libertinaje,
trayendo como consecuencia:

a) En los jóvenes; rebeldía (creen que
hacer lo se les antoje es su derecho de
libertad, pasando por encima de los
derechos de los demás. Desobedecen
a sus padres, algunos se embriagan,
otros se drogan. Fornican (relaciones
sexuales prematuras o fuera del
matrimonio) deliberadamente y sin
control.

b) En el matrimonio ausencia de
respeto, nula sujeción (adaptación,
tolerancia) del uno hacia el otro. La
irresponsabilidad, pero sobre todo la
falta de perdón origina cada vez más
familias disfuncionales, aisladas,
incrementando así segundo a segundo
la alarmante estadística de divorcios.
El ser humano sufre y hace sufrir a los
demás. La sed de venganza está a flor
de piel. Es prisionero del

resentimiento. La falta de control sobre
sus pasiones y pensamientos lo
arrastran a la deshonestidad, a la
envidia, a la depresión. Se devalúa y
atormenta pensando: "nadie me
quiere", "a nadie le importo", "soy un
invisible".

Consecuentemente en no pocos casos
pierde el interés por su vida o de su
salud, incorporando a sus desvalidos
hábitos, vicios: tabaco, alcohol, droga.
Otros más son víctimas de la bulimia o
anorexia.

Sufre en carne propia y por
su propia mano, destrucción y
desintegración de su personalidad.

Reconoce y acepta que las
enfermedades "son parte de su vida". por lo que resulta "normal" para una buena mayoría vivir haciendo citas médicas con los mejores especialistas en medio del derroche de auto conmiseración.

No es de extrañar entonces que
aquellos cuyos conflictos internos aún no han sido resueltos formen parte de la lista de pacientes "psicosomáticos".