Aprendiendo de Dios

La relación del hombre con la sociedad.

La relación del hombre con la sociedad
no destaca por ser de lo mejor.
Socialmente sus vínculos son muy
endebles y se sostienen por hilos de
intereses mutuos.

El hombre tiene la tendencia natural de
culpar a los demás de sus desgracias.
Juzga a sus padres, a su pareja, a su
entorno. A todo lo que en su idea no le
ha permitido ser. Se encuentra perdido
en medio de una sociedad que lucha
por el poder y vive en permanente
competencia. Acosado por el
terrorismo, el escandaloso
armamentismo, la falta de respeto a los
derechos humanos, la amenaza,
asesinatos colectivos, lucha de clases,
inseguridad social, demagogia,
corrupción, guerras, etc.

A pesar de lo avanzado de la
tecnología y los maravillosos medios
de comunicación, el hombre tiene
problemas en su comunicación
interpersonal.

Las familias modernas semejan
archipiélagos; viven cerca
geográficamente pero aislados unos de
los otros; el silencio, la falta de
entendimiento y la división los aparta
cada vez más.

En su intento por combatir los
desacuerdos y desavenencias
laborales, las empresas se han
avocado a la incorporación de programas de mejoramiento humano pretendiendo la unidad entre sus colaboradores. Sin embargo los resultados tienen una duración tan efímera como la de un cerillo encendido. En los casos mas afortunados la duración es de acuerdo a las horas de trabajo, una vez saliendo a la calle y entrando a casa, se olvidan de las largas horas de capacitación y vuelven a la “normalidad”.