Capitulo 5 - La ducha

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-¡Dios mio, casi me descubren! - dijo mi amiga mientras volvía a introducirse al hot tub
- ¿Que paso? - le pregunta su hermano, a mi no me salía la voz después de lo sucedido, pero el actuaba como si nada hubiera pasado, como si no hubiera estado besándome y apretándome contra el hace algunos segundos.
- Mamá estaba en la cocina y yo fui a buscar un vaso con agua, cuando la vi me escondí y esperé a que se fuera y por eso me tardé tanto - confesó, o trató de confesar ya que el alcohol le hizo mucho efecto y se trababa con cada palabra - Perdón por dejarlos solos tanto tiempo, espero que no haya sido incomodo - nos dijo a Martin y a mi.
Si tan solo supiera que fue todo menos incomodo, que estuve sentada a horcajadas sobre su hermano y que no era la primera vez que lo besaba, estoy segura que si se enterara me odiaría.
- No - dijo Martin intentando mirarme disimuladamente para ver mi reacción a esta situación - Con Olivia nos llevamos muy bien - dijo con un tono bastante picarón.
- Me alegro - dijo mi amiga.
Yo sentí un gran alivio al notar que Amanda no había sospechado nada.

Al pasar un rato noté que mi amiga se estaba comenzando a quedar dormida, no se por que a ella le había afectado tanto el alcohol y yo apenas sentía los efectos.
- Amanda se esta quedando dormida, la voy a ayudar a recostarse y que sus padres no la descubran - le dije a Martin mientras trataba de sacar a mi amiga del hot tub, estaba tan borracha que le costaba mantenerse de pie. Le puse la toalla, me puse la mía y comencé a caminar con ella afirmada de mi cuello. Al llegar la tumbé en la cama y le dije que se ponga su pijama. Mientras tanto yo me saque el bikini y me envolví mi cuerpo desnudo con una toalla, me quería dar una ducha y lavar mi cabello que había quedado echo un desastre.

Entré al baño y cerré mi puerta con pestillo, cuando iba a cerrar la puerta de la pieza de al lado noté que alguien agarró la manilla desde el otro lado. Solté mi lado de la manilla y dejé que Martin abriera la puerta. Ahí estaba el, con el pecho totalmente desnudo y solo una toalla que tapaba sus muslos.
- Me vine a dar una ducha - le dije con voz aguda, no podía controlar mi forma de hablar delante de semejante dios griego.
- Lamento decirte que yo venía a lo mismo - dice mientras cierra su puerta y le pone llave.
- Bueno entonces me ducho cuando tu termines - respondí dando la media vuelta con intención de salir rápido del baño
- A mi no me molesta bañarme con compañía - dijo con una voz que se puso aún mas ronca de lo normal
- No se que estas insinuando - dije mirando sus ojos que me mataban con la mirada

Se acercó lentamente a mi y me dio un beso en mi mejilla, luego se alejó y fue directo a la ducha. Cuando se metió a la ducha se sacó la toalla y la dejó en el escusado, dejando al descubierto su espalda baja y todo lo que había bajo ella. Mi boca no pudo evitar abrirse y estaba totalmente impactada con lo que estaba pasando en esos minutos. Entró a la ducha y me estiró su mano, intentando invitarme a ducharme con el. Dudé bastante por unos segundos, pero me decidí a hacer lo que mi instinto me decía.

Agarré mi toalla, la desenvolví de mi cuerpo y la dejé encima de la suya. Su cara cambió completamente, pasó de una sonrisa a una expresión completamente seria, sus ojos profundos fulminaron cada centímetro de mi cuerpo, se humedeció los labios con su lengua y volvió a mirarme directamente a los ojos. Me acerqué a él lentamente hasta estar bajo el agua de la ducha. Cerré los ojos mientras el agua mojaba todo mi cuerpo y sentí unas manos frias agarrar con fuerza mis caderas. Me comenzó a besar con esos besos que me hacían perderme de la realidad, succionaba partes de mi cuello y luego fue bajando hacia mi clavícula, mis pechos y mi abdomen. Cuando intentó bajar un poco mas solté un chillido. No estaba segura de estar lista para ese paso.

- Tranquila, por ti puedo esperar todo el tiempo que necesites - me dijo mientras volvía a besarme la boca y a mover su lengua suavemente acariciando la mía. Le mordí su labio inferior mientras apretaba mis manos en su espalda y el soltó un suspiro. Él agarró el shampoo que estaba en la repisa y se echo en las manos, luego posó sus manos en mi cabello y me lo empezó a masajear. Podía sentir lo mucho que el me deseaba, su cuerpo hacía imposible ocultarlo, eso es algo que agradezco, que por ser mujer no sea un problema para mi. Yo hice lo mismo que el, me eché poco shampoo en las manos ya que el tenia el pelo bastante corto. Mientras le masajeaba la nuca me acerqué a el hasta pegar mi cuerpo al suyo y ahí si  que fue notoria su atracción por mi, sentí su exitación y me gustaba saber que era yo la que la estaba provocando. Comencé a besar su cuello y sus hombros y succioné con fuerza, al hacer eso, el me agarró de los muslos y me levantó para que yo enganché mis piernas alrededor de su espalda, me puso contra la pared de la ducha y ahí estuvimos por unos minutos sintiendo nuestros cuerpos pegados, el que todo esto fuera un secreto hacía todo mas emocionante.

Luego de un tiempo salimos de la ducha, el agarró mi toalla, me envolvió en ella con un abrazo y luego me dio un dulce beso en los labios.
- Duerme bien - me dijo al oído - recuerda que este es nuestro secreto.
- Martín, aunque me duela decirlo, no podemos seguir haciendo lo que sea que estemos haciendo, es muy riesgoso - le dije agarrando su mano.
- Aunque digas que no podamos seguir haciéndolo las ganas no las puedes controlar, y yo aún menos - susurró en mi oído, me dió un ultimo beso, uno de sus besos muy intensos, luego me dio un beso en la mejilla y salió del baño.

Imposiblemente posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora