Imposiblemente posible

Capitulo 6- Su amor de la infancia

Mi noche fue muy larga, luego de lo sucedido con Martin en la ducha me costó mucho trabajo sacármelo de la cabeza para poder dormir tranquila. Mi mente no dejaba de reproducir una y otra vez los momentos ocurridos recientemente. Al ver que Amanda abrió un ojo me levanté y le insistí para que ella también se levante para poder ir a desayunar, mi estomago no dejaba de crujir. Las dos salimos de nuestra habitación mientras bostezábamos y nos estirábamos. 

Al llegar a la cocina nuevamente estaba el hermano de mi amiga, al parecer le gustaba despertarse temprano. Al verlo mi garganta se cerró y comencé a sentir mariposas revoloteando en mi vientre, se me hacía muy difícil ocultar mis sentimientos hacia el.
-Que bueno que se levantaron niñas, desayunen rápido y alístense porque iremos a un almuerzo donde los Brown- nos dijo Estela
-Hace tiempo no vamos a esa casa madre, pensé que algo había pasado entre ustedes y ellos y por eso ya no los veíamos.- le respondió mi amiga
-No hija! Solamente la vida nos ha ido separando, vivimos en ciudades distintas y es por eso que ya no nos vemos tan seguido, pero son unos grandes amigos de tu padre y míos.
-Y va a estar Mariana? - pregunta Martin con un tono nervioso, no se la razón de esa reacción.
-Uy, parece que Martin quiere revivir su historia de amor de pequeño- dice Amanda con tono de burla.
-No digas tonterías, quedamos como amigos, nada mas- le responde él con la voz seca.
Vi como Martín me miraba para ver mi reacción pero yo intenté que no notara mi preocupación, aunque me cueste admitirlo si sentí celos, se que no debería sentirlos pero era imposible evitarlo.

Cuando volvimos a nuestra habitación a alistarnos luego de desayunar, intenté sacarle un poco de información a mi amiga para saber quien era esta tal Mariana y que tenía que ver con Martín.
- Asique esta tal Mariana es el amor de infancia de tu hermano - le dije tratando de sonar lo mas despreocupada posible.
- Yo diría que es el único amor real que ha sentido Martin, de hecho a mi me cae bastante bien, yo creo que es la única chica que me gustaría ver al lado de mi hermano- dijo mientras recogía su ropa que estaba en el suelo.
Lo que mi amiga dijo me dejo mas preocupada que antes, no debería importarme para nada esto ya que Martin y yo no somos nada, pero la idea de verlo con otra persona me saca de mis casillas.

Era hora de irnos a la casa de esta chica, no quería que el momento de su reencuentro llegara, no quería que Martín vea a otra persona con los ojos que me ve a mi.
El viaje no sería largo, solo serían unos 20 minutos . Nuevamente yo me senté entre los dos hermanos ya que a ellos les gustaba irse al lado de cada ventana. Al pasar unos minutos Amanda cerro los ojos y se quedó dormida, había olvidado lo dormilona que era mi amiga. Me fui mirando el hermoso paisaje que se podía apreciar desde las ventanas del auto. En un rápido momento noté que Martín poso una de sus grandes manos en mi muslo. Lo miré con cara sorprendida y nerviosa ya que sus padres estaban a pocos centímetros y con solo una mirada podrían notar lo que sucedía.
-Echo de menos sentir tu piel - me susurró al oído, hizo que se me ponga toda la piel de gallina en un solo segundo. -También echo de menos agarrarte y besar casa centímetro de tu cuerpo, sentir nuestras lenguas unirse y tus manos tirando de mi cabello- Al confesarme esto apretó mi muslo donde tenía la mano previamente. Este hombre me hacía sentir una cantidad de sensaciones inexplicables.
-Yo también extraño todo eso pero no se si es el momento para hablar de esto, le dije abriendo exageradamente los ojos para que entendiera que sus padres podían escuchar o ver lo que sucedía.
- Mi madre está durmiendo y mi padre esta muy concentrado en el camino, sería muy difícil que se diera vuelta y notara lo que sucede- me dijo con voz seductora
-Igual hay que prevenir, no nos podemos exponer a esto Mart... - no pude terminar la palabra y sentí que él introducía su mano por debajo de la falda suelta y corta que llevaba. -Martin no, tus padres están muy cerca
-Solo disfruta, el miedo lo hace aún mejor- me dice en el oído y muerde de una forma muy sexy el lóbulo de mi oreja. Siento como mueve su mano bajo mis bragas y suelto un chillido ahogado, por suerte sonó muy suave y su padre ni se percató.
-Te juro que si fuera por mi te dejaría que hicieras eso todo el tiempo que desees pero no nos podemos arriesgar así.- le dije con un suave susurro, con la voz que lograba que saliera de mi boca, ya que mi satisfacción e impresión eran inmensas. Sentí como sus dedos se introducían en mí y la voz no salía de mi.
Cuando estaba apunto de llegar a mi punto máximo de satisfacción él sacó su mano, me miro con una mirada maliciosa y miro hacia la afuera, dejándome totalmente sin aliento.

-Llegamos- dijo el padre de mi amiga mientras entrábamos por un porton de madera a una gran casa rodeada de muchas flores de distintos colores.
-Igual a como la recordaba- dijo mi amiga que recién había despertado mientras bostezaba.
-Ahí están ellos! Dijo Estela entusiasmada mientras apuntaba a una familia formada por cuatro integrantes. La madre y el padre se veían bastante agradables y al lado de ellos habían dos chicos, una mujer y un hombre. Pensé que probablemente ella era la famosa Mariana, era alta, delgada y con el cabello rubio y brillante. Parecía una modelo Victoria Secret y sonreía con mucho entusiasmo, se notaba que era de esas personas que le agradan a todos los que la conocen, se veía de aproximadamente 18 años, porque no podía tener mi edad, nadie de mi edad luciría como ella. A su lado había un chico que se veía de unos 17 años, uno más que mi amiga y yo, al verlo supe que me llevaría bien con el. Era bastante guapo, muy alto y delgado, tenía el cabello del mismo color que el de su hermana y se veía de lejos que sus ojos eran de un color muy llamativo, se podría decir que eran azul oscuro. No había recordado de que Amanda me hablara de él pero ví que ella al verlo puso los ojos en blanco y miró hacia otra parte.