Capítulo 2

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Entró a la sala de descanso, estaba abarrotada de médicos y enfermeros alrededor de los sofás y juegos que tenían ahí para distracción. Sam estaba apoyado en una pared conversando animado con una nueva enfermera, sus ojos se cruzaron con los de Jauregui.

-Hey! –le pidió permiso a la chica y cruzó la sala ignorando la mirada ofendida de la mujer.- Laur.

-Hey! –fue hasta el mostrador tomando una jarra de cerveza.

-Cómo te fue con la última paciente? –También se sirvió una bebida.

-No entiendo a esa mujer. –tomó un trago directo.- La del 503.

-Guapa. –se encogió de hombros.- Ese es el problema que tiene, ella sabe que es guapa.

-Sam. –respiró hondo mirándolo.- Necesito que utilices la cabeza de arriba ahora.

-Ok, disculpa. –soltó una risa tomando un poco de la cerveza.- Tal vez ella tenga motivos, pero no quiere hablar.

-Ella es la única paciente que no tiene algún familiar hoy aquí. –continuó escuchando parcialmente las conversaciones de la sala.

-Cabello? –Sam frunció el ceño.- Ella es hija de Alejandro Cabello? El poderoso dueño de Tower Music que murió hace unos ocho meses?

-Qué? –lo miró a medio camino de tomar un trago.

-Sí. –Él mantenía el ceño fruncido, concentrado.- Él y su esposa sufrieron un accidente automovilístico, no recuerdas? Yo atendí a la esposa y Adam operó al señor Cabello.

-No, no recuerdo.

-No fue cuando entraste de vacaciones? –tomó un trago más.- Vacaciones forzadas, de hecho.

-Sí.

-Lauren. –una voz femenina llegó hasta sus oídos mientras una mano envolvía su pulso.- Lauren?

Miró a la mujer, pero no registró absolutamente nada, estaba pensando solamente en lo que Sam le había dicho. Se libró de la chica sin ni siquiera preocuparse en decir algo, tomó un balde de cervezas y salió de donde se encontraba sin decirle nada a nadie. Fue directo a su oficina, dejó las cervezas sobre la mesa y encendió el computador, necesitaba hacer una investigación rápida.

Abrió la puerta cargando las cervezas. Entró, la luz de la lámpara aún estaba encendida, la señorita Cabello miraba por la ventana.

-Con permiso. –se acercó.

La mujer la miró.

-Creí que la doctora tenía otro lugar para estar.

-Sí… -se acercó dejando el balde en la mesa de cabecera, caminó hasta al otro lado del cuarto y arrastró una silla hasta un lado de la cama.- Lo tenía, pero cambié de idea.

-Y por qué?

-Es año nuevo, nadie debe quedarse solo este día… es aburrido. –tomó una botella de cerveza y la extendió hacia ella.

-Creí que no podía beber. –aceptó la botella mientras Lauren se servía otra.

-Técnicamente no, pero admitamos que ya estás en el hospital y yo soy tu doctora. –se encogió de hombros abriendo su botella.- Una no hará daño.

-Doctora Jauregui, usted es extraña. –murmuró tomando un sorbo de la bebida.

-Lauren –sonrió.- Creo que podemos olvidar los tratamientos, ya que vamos a pasar el año nuevo juntas. 

Viver (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora