Capítulo 6

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Era su momento favorito del día, exactamente cuando el sol nacía. No importaba si apenas llegaba de un turno cansado, si su cuerpo gritaba por descanso. Tenía que saborear una buena taza de té observando aquel momento de calma y luego levantarse para unirse a la oscuridad y el frío de su habitación, lista para encontrar a la morena entre sus sábanas, abrazando su almohada con fuerza.

La sonrisa en sus labios al recordar que siempre que discutían ella decía que la almohada era su amante.

-Haces muchos turnos por la noche. –ella pondría mala cara.- Yo trabajo todo el día, por la noche alguien tiene que darme cariño y de preferencia tiene que tener tu olor.

Quitó la camisa blanca encaminándose hacia la cama, su columna imploraba un poco de comodidad que no fuera aquel duro colchón de la sala de descanso. Se acomodó apoyando su cuerpo en el de Camila, inhalando el buen olor del cabello castaño, cerró los ojos dejando una pequeña sonrisa en los labios.

Era uno de aquellos momentos. Su cuerpo se relajaría y por algunos segundos sentiría un dolor placentero como si algo estuviera quitándose de su espalda. Camz se movería para acomodar los dos cuerpos y aun así no se despertaría, su boca se relajaría e iría soltando la respiración poco a poco… Formando una pequeña arruga entre las cejas hasta que la doctora envolviera su cintura y luego una sonrisa tímida antes de sujetar la almohada contra su cuerpo.

La verdad es que esa morena hacía todo en su vida ser un momento apreciado. Desde el momento en el que leía algo muy concentrada y terminaba golpeteando la pluma en la parte de arriba de la página en un ritmo rápido, al tic nervioso de estar balanceando la pierna.

El olor debía ser una fragancia con un precio alto para vender…Era el único que quería en su cuerpo, la calmaba, instigaba y sobre todo le robaba el aliento.

La forma en la que su cuerpo se relajaba en sus brazos, cuando besaba el cuello suave y la risa que ella soltaba cuando su respiración encontraba la piel húmeda. Los ojos castaños mirándola con curiosidad, mientras deslizaba su mano dentro de la ropa, jugando con la base de la columna y la manera en la que el brillo se transformaba de curiosidad a lujuria.

La forma como movía la boca hablando con ella misma y balanceaba la cabeza en desacuerdo con sus propios pensamientos. La forma en la que se analizaba de todos los ángulos antes de salir de casa y retocaba el maquillaje intentando mantener un aire profesional y seguro.

La tímida sonrisa que siempre la elogiaba… Murmurando en su oído…O mordiéndolo suavemente.

Esa forma fácil con la cual ella se movía mientras bailaba distraída, preparando algo para comer después de una noche agitaba de romance. Sus piernas perfectas, tan suaves que ellas simplemente exigían…ser presionadas, acariciadas, arañadas y mordidas.

Lauren fue casualmente deslizando los dedos por la piel caramelo, invadiendo un costado de la bata, jugando con el elástico de su ropa interior.

-Buen día. –escuchó el susurro de Camila.

-Buen día, mi amor. –susurró en su oído antes de morderlo.- Feliz dos años de noviazgo.

Camz sonrió débil estirando el cuerpo sin querer despegarse del de Lauren.

-Igual para ti. –Sintió la mordida en su hombro mientras los dedos seguían jugando con el elástico de su ropa interior, acariciando su entrepierna, su respiración comenzó a desregular.- ¿Qué tal tu turno?

-Hice una cirugía de emergencia. –murmuró, moviendo la boca hacia su clavícula.- Una señora se calló en el baño y se rompió la cabeza del fémur.

-Pobrecita. –Susurró con los ojos cerrados moviendo un poco la cadera hacia un lado.- ¿Estás muy cansada?

-Depende. –Mordió la depresión por debajo de la oreja.- ¿En qué estás pensando?

Viver (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora