17

79 7 0
                                    

Era sábado y se había levantado temprano, no sabía que hacer con su vida así que iba a hacer lo que sus amigo le dijieron, Hoseok no sabía porque le hacía caso a los ineptos de sus amigos pero ahí estaba. Se encontraba enfrenté de la casa de Jimin. ¿Que iba a hacer?, quien putas sabe, el solo estaba ahí por amor y por pendejo pero ese es otro tema.

Según sus amiguis amiguis debía tentar a su nalgon para ver si mostraba interés en el, lo cual era obvio pero hagamos como que no.

El plan era tentarlo pero el iría por lo mero bueno como que no.

Estaba cansado de todo, todo le estresaba últimamente y también todo le valía madres así que se iba a confesar a su pulga nalgona.

Tal vez debió hacerlo en otro lugar y no venir a buscarlo a su casa. Seeeee tal vez debió hacer eso pero ya era muy tarde, ya había tocado el timbre y no sabía cuando pero esa mierda ya estaba sonando.

Todo el valor que hace ratos tenía se fue, se evaporó chingada madre.

¿Acaso Dios lo odiaba?

Tal vez hasta reía de su desgracia mientras come palomitas a lado de San Pedro.

Se acomodó su cabello todo lo que pudo con un poco de su saliva para que quedara mamalon.

Estaba listo.

La puerta se abría lentamente y los nervios se hacían mas grandes, quería correr pero parece que le paso los del chiste del perrito llamado pegamento que le contó SeokJin.

Debía enfrentar todo esto, ya no podía ni quería irse.

Quién lo entiende.

Debía ser valiente, debía ser un niño grande, su mami dijo que cuando fuera un niño grande tendría a una persona especial que lo amaría con todo y sus defectos.

¿Deberia creerle?

Ya había pasado por muchas decepciones y su corazón ya le tenía miedo al amor pero un soldado siempre muere en la guerra y con honor. El iba a seguir intentando todo lo posible para que correspondieran sus sentimientos.

Vio a Jimin salir de su casa y sonreírle adorablemente.

Diosssssss, era tan hermoso que lo podía violar ahí mismo pero NO, debía concentrarse.

Después de todo el trauma psicológico que le hicieron sus amigos no se iba a rajas. Hay Jalisco no te rajes.

— Hola hyun...— empezó a hablar Jimin pero fue interrumpido por unas manos que le taparon la boca.

— Sere rápido y no te quitaré tu tiempo, me gustas, creo que siempre me has gustado desde que me aventaste tu libro de matemáticas por accidente y quien putas sabe, tal vez me vas a seguir gustando mucho tiempo mas pero no importa porque aunque me duela que no muestres interés en mi, me gusta estar enamorado de ti...— agarró aire y le siguió— muchos me dijieron que no me confesara así de culero pero mi mente hizo corto circuito y aquí estamos.

Cuando término de de hablar quito su mano con delicadeza y bajo su miraba de la vergüenza, no sabía de donde saco los huevos suficientes para decir todo eso pero lo hizo.

Tenía vergüenza pero se sentía liberado. se sentía genial.

Jimin estaba hechandole la competencia de color a un tomate.

Su cruhs se le estaba declarando, imposible, debía de ser una broma.

Una broma que no desaprovecharía.

— Hoseok Hyung, no se si estas jugando con esto pero no lo desaprovecahare porque tu también me gustas.—

Digan me que no es un sueño.

¿El virgen va a dejar de ser virgen en un futuro?

— Te proclamó como mi novio.

Novio de Park Jimin...

Eso es otra ondaaaa.

— Y-Yo no... Esto no-o es un juego...— Hoseok no tenía palabras para decirle algo a su nalgon, se olvidó de como hablar, seguramente su mamá que le enseñó lo estaría arrastrando por todo Asia por olvidar algo tan importante.

Pero no importaba porque Jimin se acercó a besarlo. Tal vez se le olvido como se habla pero no como se besa.

Esos niños eran unos casos perdidos.

— Tu también me gustas— dijo Jimin cuando se separaron.

Hobi mostró su hermosa sonrisa y lo volvió a besar.

...........

Jungkook caminaba hacia sus clases particulares que le obligaban a tomar para ser el mas verga de la escuela.

Vio unos tipos jugar fútbol en el parque por el que pasaba y pensó que el jugaba mejor.

Extrañaba a su hoja de papel humana, su fantasma sensual, a su....

Un madrazo lo tiro al suelo.

En defensa del que tiro el balón es que fue un golpe limpió.

El destinó o el karma le estaba dando duro contra muro.

— Oye wey, perdón por eso pero no me arrepiento, fue mi mejor gol.— el mismo pelinegro que le robo su ropa después de su presentación estaba frente de el con la mano extendida para ayudarlo a levantarse.

La tomo y se prácticamente lo jalaron con una fuerza brutal hacia arriba, por consecuencia choco con un pecho duro.

Si Dios queria llevárselo que fuera en este momento porque moriría feliz despues de tocar un poco descaradamente sin querer el pecho del contrarió.

— Soy Yugyeom.




.............





Namjoon caminaba con una rosa color rojo con rosa, era la mas rara de la floreria pero eso la hacia especial al igual que su amor por su hombre obsesionado por el color rosa.

Cuando llego a la casa de SeokJin toco con delicadeza.

Todo un caballero.

Pero nadie abrió.

Espero y espero y nada.

— ¡¡¡¡Guenaaaaaaaaass!!!!— iba a levantar a todos con sus gritos de tarzan pero ya que el se levantó temprano los demás debían sufrir su desgracia con el.

Se hoyo un ruido sordo dentro de la casa, seguramente su novio callendo de su cama.

Minutos después la puerta se abrió de madrazo haciendo que esta casi se haga mierda en la pared.

Ahí estaba su hermoso príncipe con el cabello parado como gato erizado y con la marca seca de su baba callendo de sus hermosos labios, con su carita un poco bastante hinchada y con sus ojos rojos demostrando que se acababa de levantar y aparte estaba lo rojo en su cachete que era la marca de su almohada.

Namjoon suspiro enamorado.

SeokJin aún no enfocaba bien quien estaba en su puerta, le ardían los ojos por levantarse rápido.

— ¿Que quieres weon?— habló con desinterés.

Namjoon se ruborizo por su actitud de macho, alv.

—Yo te traje esto— de extendió la rosa en su dirección — pensé que te gustaría.

Cuando Jin se dio cuenta de quien era se ruborizo de la vergüenza, estaba en fachas y le habló feo a su hombre de chocolate.

— Gracias Namjoonie.

Agarró la rosa y arrastró a su novio dentro de su casa. Debía recompensar su mala actitud.

Y Namjoon solo se dejó llevar.

Le encantaban los sábados.

¿Esta celoso, Hyung? (Taegi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora