CAPÍTULO UNO: Un sueño

289 31 30
                                    

<A veces, lo que tanto te esmeras en destruir, termina destruyéndote. Te sigue sigilosamente, sin que lo notes, porque obviamente estás muy ocupado dándole el pecho a las balas que llegan por culpa de querer resolver el problema. Un problema trae problemas, y esos problemas traen más problemas. Simplemente fastidiaste. Sin embargo, estoy más que dispuesto a someterme a los tratamientos que los doctores han ofrecido y estudiado para mi caso. He practicado medicina casi toda mi vida, y el pronóstico de esta enfermedad no era muy bueno al principio, pero hoy puedo decir que las cosas van en un mejor rumbo. Espero que los doctores de UA se esfuercen y entreguen su máximo potencial para no solo practicar este procedimiento y curarme, sino que para el beneficio de la humanidad. He puesto toda mi confianza en mi viejo compañero, el Doctor Todoroki. Cuento con él para salvarme la vida. Espero que ustedes también cuenten con él. >

Izuku volvió a leer y re-leer el artículo del doctor Toshinori una y otra vez, sin poder creer lo que estaba leyendo. Solía leer con bastante frecuencia la web de la asociación médica de Japón; con el objetivo de estar al día siempre con nuevas técnicas e investigaciones, pero nunca se imaginaría que su propio ídolo, el que había admirado desde su temprana infancia, el que publicaba artículos que iban más allá de lo asombroso, pudiera haberse convertido en el paciente y no el tratante de una manera tan trágica y tan fuera de control.

Simplemente se negaba a aceptarlo; de pronto se vio totalmente angustiado por la idea que ya no podrá vivir la medicina junto a él, lo que llevaba anhelando casi toda su vida; el deseo de alcanzar su mayor ídolo y la esperanza de poder llegar a superarlo, por lo menos. Su sueño de poder pararse en quirófano junto a su gran ídolo se veía cada vez más lejano, invadido por la enfermedad y la muerte. Aun no podía creer lo que estaba leyendo, aunque lo leyera nuevamente, porque se supone que el medico nunca debía enfermarse. No alguien como el doctor Toshinori, un referente mundial no solo de la medicina, sino que de la innovación quirúrgica.

Tres golpes en su puerta lo arrancaron de sus lamentos. Al voltear la mirada hacia la entrada de su dormitorio, vio a su madre sosteniendo un plato con mandarinas frescas y apetitosas. Enseguida sonrió gracias al gesto de su madre, que pese a los años, la enfermedad y el deterioro, nunca cambiaba.

—Por tu rostro, asumo que ya has leído el artículo —Comentó Inko Midoriya, depositando el plato con mandarinas sobre el escritorio de su hijo, quién dejó soltar un largo y lastimero suspiro, sin dejar de mirar hacia la pantalla de su ordenador, que aun mostraba las frescas líneas del comunicado de Toshinori.

—¿Tú ya lo habías leído? —Preguntó Izuku tomando uno de los gajos anaranjados y llevándolo a su boca. La noticia lo tenía abrumado, quizá un poco ido de sí.

—Por su puesto. Las noticias vuelan por la red, y esta mañana el teléfono no ha parado de sonar. Las enfermeras del UA están al borde del colapso, y yo no puedo decirles más que unas cuantas palabras de apoyo.

Izuku hizo un pequeño click en su cabeza. Su madre, Inko, fue la jefa de las enfermeras del hospital UA, el mejor centro quirúrgico de la region de Tokio. Su nombre apareció en bastantes revistas y artículos, conocida como la enfermera que dio un vuelco a la vocación de los trabajadores de la salud durante la década de los dos mil. Sin embargo, tuvo que retirarse a temprana edad, apenas rozando los cuarenta, por culpa del maldito cáncer de mama, que llevaba controlado hasta el día de hoy, pero que la tenía retenida en pequeños trabajos de enfermera.

—Sé lo que el doctor Toshinori significa para ti, hijo —Continuó Inko, acariciando la cabeza de su hijo y con un tono amoroso, que siempre lograba calmar a su hijo en cualquier momento y circunstancia—. No tengo mucha información, pero recibí un par de comentarios que advertían que era más que probable que el doctor Yagi se trasladase a Japón para ser tratado.

Me quedo contigo (Tododeku / Kiribaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora