CAPÍTULO TRES: La sala de emergencias y Todoroki

119 21 17
                                    


Izuku y los demás internos siguieron a Kirishima por el ala izquierda del hospital. El recado del doctor Aizawa decía que hoy la guardia tocaba en la sala de emergencias, por lo que Izuku y sus compañeros esperaban un buen día siendo el primero de todos.

—Viejo, nunca creí que iríamos inmediatamente a la cueva del lobo —Comentó uno de los demás internos que caminaba junto a él, Hanta Sero.

Sero poseía una alta estatura, obligando a Izuku a observar hacia arriba para intentar entender lo que le estaba diciendo. Combinaba su uniforme con zapatillas nike negras, y tenía un peinado bastante peculiar.

Izuku prestó atención a los dos otros internos de su equipo. Se trataba del joven que había reclamado por la privacidad pública cuando se encontraban en la sala, y la chica que había propuesto hacer las cosas rápido. Ambos caminaban uno al lado del otro, detrás de Kirishima, sin decir una palabra.

—¿Por qué dices eso? —Contestó Izuku, alertado. Creía que la sala de emergencias era el mejor lugar para partir; múltiples casos, cosas inesperadas. Contacto directo con traumas y heridas abiertas. Acción en todo momento.

Pero antes de que Sero pudiese contestar a su pregunta, Kirishima se detuvo frente a una gran puerta de vidrios, haciendo que sus internos se tropezaran entre sí.

—Bueno, supongo que las reglas ya la conocen —Comenzó a hablar—. Si no les ha quedado claro lo que el doctor Aizawa les dijo antes, solo pregúntenme —. Se rascó la nuca, mostrando una expresión de timidez—. Comenzaré con mis reglas: no pueden preguntar nada hasta que yo les diga que pueden hacerlo.

—¿Y podemos preguntar si podemos preguntar? —Preguntó la interna Uraraka.

—Silencio —Interrumpió una voz desde atrás del grupo. Los internos y el residente se dieron la vuelta, para encontrarse frente a frente con el imponente, alto y poderoso Enji Todoroki, dueño de una parte del hospital y delcarado oficialmente como el hombre más musculoso –y misterioso- del hospital—. Escuchen con atención a su residente. Él es el superior aquí.

—¡Doctor Todoroki! —Exclamó Kirishima, explotando en desesperación al encontrarse cara a cara con el señor que no solo dirigía el hospital desde las sombras, sino que era el hombre más poderoso y adinerado del recinto—. Qué extraño encontrarlo en emergencias. ¿Algún caso especial?

—No —Contestó Enji con desinterés—. Solo busco a Shoto, se ha escapado. Sigue con la idea de que cardiología no es lo suyo.

Y sin dejar contestar nada a Kirishima, se retiró del lugar, abriendo la puerta que estaba frente a ellos y abandonando el pasillo, dejando a Kirishima con la boca abierta y una expresión de derrota.

—Esa era mi segunda vez hablando directamente con él —Murmuró Kirishima.

Los internos se observaron entre sí, sin saber lo que acababa de pasar.

—Entonces, en lo que estaba —Prosiguió Kirishima, recuperando lentamente su ánimo. "Quizá el saber que al lado de nosotros no es tan insignificante como junto al jefe del hospital le hace sentir mejor", pensó Izuku—. No pueden preguntar ni hablar nada sin que yo se los ordene. No pueden acercarse a los pacientes sin que se los ordene-

—Pero si vamos a emergencias a tratar pacientes... —Refutó Iida, quién había permanecido callado durante todo ese rato.

—¿Creen que los dejaré tocar a algún paciente con la nula experiencia que tienen? Absolutamente no. —Contestó, observando directamente a los ojos a su subordinado, teniendo que alzarse un poco, porque Iida le sacaba casi una cabeza de diferencia en altura—. Y, por último, no pretendan pedirme cosas sin hacerme feliz primero. Tampoco pueden desobedecer a mis órdenes. Este mes, ustedes están bajo mi mando. Les guste o no, si quieren conseguir algo aquí tendrán que primero hacerle caso a su residente.

Me quedo contigo (Tododeku / Kiribaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora