Estaba profundamente dormida cuando escuché la voz de Karkarov preguntando si podía llevar a Viktor a un lugar caliente ya que estaba resfriado. MIERDA. Me quedé dormida y gracias al hechizo que puse en la puerta nadie pudo o quiso levantarme.
Pensé que no iba a hacer tanto frío afuera así que decidí ponerme mi traje rojo sangre haciendo referencia al uniforme, me peiné y maquillar con mi varita y salí del barco ganándome las miradas de todos.Poco a poco comencé a temblar, no pensé que haría frío.
Comencé a caminar sin rumbo hasta que siento una capa de piel en mis hombros. Me dí vuelta y vi a Krum sonriendome, me dió un beso en la frente y se fue con sus amigos.
A cada paso que daba escuchaba a todo el mundo hablando de Viktor.
En un momento me choqué con alguien, esa cabellera rubia se me hacía muy familiar.-FLEUR! - grité antes de abrazarla con demasiado fuerza.
La conocía por el hecho de que yo había estudiado con ella antes de que me expulsaran.
- Phoenix, cuánto tiempo. Estas enorme!
La directora de las francesas al escuchar mi nombre se tensó.
Comenzó a caminar hacia nosotras y me extendió la mano a lo que yo, cortesmente la saludé.-Me estaba preguntando si quieres entrar con nosotras- inquirió Madame
Antes de que pudiera contestar Viktor llegó a mi lado y me llevó con él hasta unas grandes puertas. Todos los chicos estaban allí.
-Se te está haciendo costumbre interrumpirme- le reclamé
Antes de que pudiera contestarme la puerta se abrió.
Era un comedor lleno de personas. Todas sentadas en 4 diferentes mesas, casas supuse.
Viktor hizo un ademán y comendamos a caminar hacia el otro extremo donde había una mesa con personas adultas, incluído Karkarov.
Los Krum íbamos en la cabeza del grupo, guiando a los demás.
También observé que las francesas estaban ya sentadas en una de las mesas.
Luego del pequeño acting nos fuimos a sentar en una mesa que estaba decorada con los colores verde y plata, los cuales me agradaban demasiado.
Un Barbón habló un gran tiempo, cosa que ignoré hasta el momento de comer.
De un momento a otro una persona se sentó en medio de Krum y yo, Viktor se tensó y buscó mi mirada.
Cuando comencé a prestar atención un rubio platinado lo estaba acosando. Me levanté de la mesa ocasionando un fuerte ruido, toqué el hombro de Viktor y lo arrastré a otra parte, saliendo del comedor con todas las miradas clavadas en nosotros.
No me gustaba que hostigaran a mi hermano, Viktor odiaba la fama.