Con el paso de los días una noticia corrió muy rápidamente entre todos los estudiantes de las diferentes escuelas de magia, un gran baile de navidad se celebraría. Todo mundo estaba ansioso por buscar pareja para asistir al mismísimo baile. Este no era mi caso. Ya me sentía mal por rechazar a tantos chicos. Y aunque quisiera, no podría ir con ninguno de ellos. En mi interior rezaba para que Evan pueda hacerse un tiempo para mí y así, ir juntos a ese fastidioso baile. Poco tiempo antes de navidad por las puertas del gran comedor entró Evan Rosier II con su característico aire de grandeza, es decir que por esas enormes puertas apareció mi prometido, porque así lo establecieron nuestros padres. Yo estaba obligada a casarme con él, lo que en general no era tan malo porque el chico me agradaba, era atento y cortés, lo que me produjo un leve enamoramiento. Aunque en el fondo de sí mismo, era un completo idiota. Yo estaba analizando cada movimiento, él llamó a su búho, el cual era completamemte negro, y le tendió una nota. El animal la tomó y se dirigió a la mesa de las serpientes. El búho paró a mi lado y con una reverencia me tendió la nota, que estaba al extremo de su pico. A estas alturas todo el gran comedor estaba atentos a mis movimientos. Viktor me quitó el papel de las manls, lo leyó y empezó a reír. Cuando se distrajo se lo arrebaté.
"Espero que estés preparada para bailar mucho en navidad. Tratá de no pisarme que la última vez tuve que hechizar tus pies para que siguieran a los míos y así no me hagas daño. Con cariño te odia Rosier"
Definitivamente era un tonto. Escucho como alguien se sienta a mi lado.
- Yo tampoco estoy encantada de verte Evan - menciono mientras lo miro fijamente y él no se digna en sacar su cara burlona.
- Yo se que me amas pequeña - dijo mientras pasaba su brazo sobre mis hombros y me atraía hacia su pecho
-Sigue soñando Rosier - comenté mientras lo golpeaba levemente
Un niño bastante extraño con una cámara se acerco y nos tendió una foto mágica.
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Todos estaban prestandonos atención, demasiada para mi gusto. Miré a Evan quien asintió. Tomé mi varita e hice un movimiento bastante sencillo para mi gusto mientras Evan hacia lo mismo con un movimiento diferente. La voz de Evan se escuchó por todo el salón mientras yo logré que "lloviera" nuestra foto por todo el gran comedor.
-Ya que nos miran tanto, les regalamos una foto. Dura más.
Con esto nos retiramos del comedor escuchando las risas de Viktor a nuestra espalda. Esto podría llegar a ser divertido. Luego de salir del Gran Comedor nos fuimos a sentar bajo un árbol cerca del Lago Negro. Evan sacó su varita y realizó un movimiento con ella y rápidamente llegaron a él algunas fotos. -Se que es un poco tarde, pero feliz cumpleaños- mencionó con una gran y sincera sonrisa. Mientras él me tendía las fotos mágicas yo pensaba en que Vik me había regalado lo mismo ya que a mi me encanta recordar buenos momentos. Se me escapó una sonrisa involuntaria y con bastante emoción las tomé.
