Mientras desayunaba Viktor me había hablado de que hoy iba a ser la comprobación de su varita y que probablemente haya gente de el diario El Profeta allí, aunque yo estaba sumida en mis pensamientos y no le presté demasiada atención. Cuando quise contestarle él ya no estaba a mi lado, por alguna razón se le estaba haciendo costumbre desaparecer de la nada.
Miré a su amigo que se encogió de hombros ante mi gesto y sin darle mucha importancia al asunto de Krum comenzamos a hablar de diferentes tácticas de Quiddich.
Luego de algunos días todos estaban hablando de el artículo de una tal Rita Skeeter. Me tomé el tiempo de leerlo y casi golpeo a alguien. Mientras yo maldecía mi hermano trataba de calmarme.
-PERO NI SIQUIERA ESCRIBIÓ BIEN TU NOMBRE VIK!-grité ya exhausta.
Karkarov que pasaba por ahí se puso a mi lado y me dio la razón diciendo que en algún momento esa señora iba a mostrar su debilidad y el estaría ahí para luego utilizarla en su contra ya que nadie tenía el derecho de tratar a su alumno estrella así.
Luego de es comentario nuestro antipático director se fue de allí lanzando hechizos a las flores que veía en su camino para hacerlas marchitar. Algo exagerado de su parte pero absolutamente divertido para nosotros.
Pasaron los días y yo lo único que hacía era hablar con los amigos de mi hermano y asistir a clases, extrañaba a mis amigos y hasta comenzaba a extrañar el frío que hacía en nuestro instituto.
Estaba hablando tranquilamente con Viktor haciendo teorías de quién ganaría la primera prueba hasta que Karkarov apareció entre nosotros, lucía algo alterado y solo comenzó a decir...
-Dragones Viktor, se trata de dragones!!!
Y luego se alejo, yo realmente quedé muy confundida pero pareciera que Krum sabía exactamente de lo que nuestro chiflado director estaba hablando.