El decimosexto cumpleaños de Nickolas llegó rápidamente, y con él, todos los preparativos para la fiesta. Como era de esperar, Sophia organizó todo con la ayuda de Sebastian, quien siguió sus reglas al pie de la letra. Para ese día importante, alquilaron una enorme sala de juegos, después de asegurarse de que tenía todo lo que les gustaba a su hijo y a sus amigos. Ezra estaba muy emocionado, ya que por fin podría darle el regalo que le había estado ocultando, y aunque seguramente pasaría todo el día trabajando, encontraría un momento para entregárselo.
—Buenos días, joven Nickolas. He venido a despertarlo —Sebastian entró en la habitación como cada mañana, con una suave sonrisa.
—Ngh... buenos días, Sebastian —Nick se sentó en la cama, todavía somnoliento.
—¡Nick, buenos días! —Ezra saltó a la cama, y lo abrazó con fuerza, haciéndolo sonrojar de inmediato.
—B-Buenos días, Ezra... ¿Estás contento? —preguntó luego de aspirar el dulce aroma a flores proveniente del cuerpo de su amigo.
—¡Mucho! Hoy es un día muy especial, ¿Verdad Bashy?
—Desde luego que lo es —Sebastian respondió, con una sonrisa— ah, Amelia me ha pedido que le traiga el desayuno a la cama, esta ocasión amerita consentirlo un poco más de lo usual. Feliz cumpleaños, mi querido Nickolas—agregó, poniendo la bandeja de plata sobre su regazo.
—Mmmm... se ve rico —Ezra sonrió, al ver la torre de pancakes bañados en syrup de fresa y chocolate.
—¿Quieres un poco? —Nick preguntó, cortando un trozo y ofreciéndoselo.
—Ahm... ¡N-no! -ahora el sonrojado era Ezra— ¡Yo... yo debo irme! —saltó fuera de la cama y salió de la habitación rápidamente.
Sebastian rió—Es bueno saber que el incidente del otro día no le afectó demasiado.
—Hhmm... Sebastian —Nick murmuró, pinchando un trozo de fruta con el tenedor.
—¿Sí, joven? —el mayordomo lo miró, parando su actividad.
—¿Lo que pasó quiere decir que Ezra es mi... Mate? —Nick lo miró, con preocupación.
—No sé a ciencia cierta cómo responder a su pregunta, joven... es muy pronto para confirmarlo —Sebastian comentó, como queriendo despejar un poco los pensamientos de Nickolas, al darle una repuesta más ambigua de la esperada por el chico.
Durante el resto del día, Nick fue felicitado continuamente por los otros empleados de la mansión, mientras tanto, Ezra buscó la ayuda de Sebastian para que lo llevara al centro, a recoger el regalo que ya estaba listo.
—Sebastian, amigo mío, es bueno verte —un hombre mayor lo saludó, era el dueño de la pequeña joyería.
—Buenas tardes, Olaph —Sebastian sonrió—hemos venido a recoger el encargo.
—Ah sí, claro, ya está listo —dijo, alejándose brevemente del mostrador, para luego regresar con una pequeña bolsa de terciopelo negro— aquí tienes, jovencito, el regalo para tu amigo.
—Muchas gracias —Ezra sonrió, y se puso de puntitas para alcanzarla.
—Qué lindo...—el hombre pensó, al verlo, y sonrió— espero que sea de tu agrado.
Ezra abrió la bolsa y miró la placa de plata grabada—¡Me gusta mucho! ¡Se ve muy cool! —la alegría de Ezra era tan intensa, que ambos hombres debieron mirar a otro lado por un segundo, como si hubieran sido cegados por los brillantes rayos del sol.
—¿Cuánto te debo? —Sebastian preguntó, sacando su billetera.
—Nah, déjalo así, por los viejos tiempos —el hombre lo detuvo.
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Cuidando de Ezra (Lazos De Almas 1)
RomanceEn el mundo de lo paranormal existen tres clases sociales: los alfas, seres de enorme belleza, fuerza e inteligencia, destinados al éxito desde el mismo momento de su nacimiento, los betas, algunos humanos otros no, son gentiles, analíticos, mantien...