Cuidando de Ezra (Lazos De Almas 1)

Capítulo 3.

A la mañana siguiente, Ezra se despertó muy sorprendido de ver el planetario encendido, e iluminando el techo de su habitación con una impresionante vista de las estrellas, en ese momento, Sebastian entró para despertarlo, y también se sorprendió, pero luego dibujó una sonrisa en su rostro, sabiendo quién era el responsable del amable gesto.

—¡Bashy, mira! —Ezra señaló el techo.

—Sí, ya lo noté, es lindo, ¿Verdad?

—¡Sí! ¡Pero no sé cómo sucedió eso!

—Hmm... creo que fue tu ángel guardián.

—¿Mi ángel guardián? ¿Qué es eso? —preguntó en confusión.

—Es... alguien que te cuida mucho, todo el tiempo.

—Ohh... ¿Y tengo uno? —preguntó de nuevo, con inocencia.

—Así parece... ¿Debería decirte quién es? Lo conozco bien —Sebastian sonrió.

—Sí, ¡Dime, dime! —Ezra dijo, emocionado.

—Es... el joven Nickolas.

—¿Nick es mi ángel guardián? —preguntó, sorprendido.

—Mhhmm... —Sebastian asintió.

—¡Wow! ¿Y ahora dónde está? ¿Por qué se fue?

—Hmm... Tal vez porque no quería que te dieras cuenta, es algo así como un protector fantasma.

—¡Pero no me gustan los fantasmas! —Ezra dijo, con los ojos muy abiertos.

Sebastian rió— Es solo un refrán, pequeño, no tienes nada que temer— dijo con cariño— Vine a buscarte, tus clases están por comenzar.

—Okay. —Ezra se levantó y fue al baño.

—Hmm... Las cosas entre ellos van avanzando con más rapidez de lo que pensé —Sebastian suspiró— eso es un poco aterrador.

Después de vestirse y desayunar, Sebastian guió a Ezra a la biblioteca, donde ya había preparado el material que usaría con él. Ezra vio todo con curiosidad, a diferencia de Nick, quien siempre mostraba aburrimiento hacia las materias escolares.

Para empezar, Sebastian tomó un libro fácil de entender para un niño de su edad, y pacientemente, enseñó las letras, a leer por sílabas, cuando cometía un error, lejos de recibir un grito, o un golpe como una reprimenda, el mayordomo repetía la lección las veces que fueran necesarias para ver algún progreso, y aún si se tratara de algo pequeño, lo hacía sentir orgulloso, de lo inteligente que era su joven aprendiz.

—¿Te sientes cansado? —Sebastian preguntó— podemos tomar un descanso, no quiero que te agotes demasiado.

—No, está bien, puedo continuar.

—¿Estás seguro? —Sebastian le dio una tierna sonrisa, cuando oyeron un ruido repentino afuera.

—No, Michael. Es mi decisión, no es necesario que la niña se mude antes de tiempo. Ya acepté el compromiso, no me presiones más— dijo Erick, entrando a la biblioteca.

—Pero Erick, esto es lo correcto— Michael lo siguió— ella será parte de la familia en poco tiempo, así que, ¿Qué tiene de malo vivir aquí?

—¡Ya dije que no! —Erick gritó, golpeando el escritorio con su puño— esta es mi casa, así que te… sugiero que no excedas los límites, no quiero tener un problema mayor contigo— dijo, notando la presencia de los otros, y viendo la expresión de miedo en la cara de Ezra—Oh, lo siento, no sabía que estaban aquí.

—¿Huh? ¿Qué está haciendo este niño en la biblioteca? ¿También le permites venir aquí como si fuera otro miembro de la familia? —Michael preguntó, mirándolo con repulsión.