Extra 2.

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Un Día en la Vida de Nickolas.

5:30 AM. ¿Qué demonios es ese ruido?

Para Nick, no había mejor sensación en el mundo, que estar tumbado en su cama, sintiendo el calor y la suavidad de su amado compañero apretado contra a él. Esa mañana, no fue la excepción. Desde el momento en que se acoplaron, él y Ezra no podían mantener las manos lejos uno del otro, algo que para ellos era maravilloso y confortable, pero para los demás, podía resultar empalagoso. Sin embargo, ahora había algo que le impedía disfrutar de esa intimidad: el reloj despertador que Ezra se había empeñado en llevar a su habitación... aunque lo único que Nick deseaba en ese momento, era estrellar el aparato contra la pared, para hacerlo callar.

—Ugh… apaga esa cosa, o lo patearé —Nick gruñó, tratando de cubrir sus oídos hipersensibles, sin soltar a su Pom-Pom,

Ezra rió por lo bajo—Ow, lo siento, cariño. Es la costumbre —Ezra dijo, alzando una mano para apagar la alarma, y Nick casi se quejó, por la breve falta de contacto.

—Desde hoy, tienes prohibido usar esa cosa. El único con derecho a despertarte, soy yo, metido entre tus piernas—volvió a gruñir, con posesividad.

—Hhmm… ¿Esa es una amenaza, señor Campbell? —Ezra canturreó la pregunta, con un suave gemido que se disparó hacia el miembro semi-blando de Nick.

—Es una advertencia—Nick siseó, moviendo sus caderas contra las de Ezra, haciéndole sentir el efecto de algo tan sencillo como su voz.

Ezra jadeó—Y si no te obedezco… ¿Qué sucede? —la pregunta desafiante estaba cargada de un fuerte deseo que Nick adoró, y le hizo levantar la cabeza.

—Si te atreves a desobedecerme, voy a follarte tan duro que no podrás levantarte por una semana—volvió a gruñir, con sus ojos llenos de una oscuridad sensual, producido por ese juego de poder, que él estaba dispuesto a ganar.

Ezra prácticamente ronroneó ante su respuesta—Vaya… entones lo encenderé más seguido.

—Ezra… —Nick murmuró, antes de incorporarse sobre sus manos, dejando caer ligeramente el peso de su cuerpo sobre su compañero, con un beso ardiente, acompañado de una embestida de caderas que amenazó con enloquecer a Ezra— no juegues con fuego, porque te vas a quemar.

Ezra lamió su labio inferior, de manera sensual—Qué, ¿No te lo dije? Amo jugar con fuego.

7:30 AM. Carrera Matutina.

Luego de hacer el amor con Ezra, y dormir un poco más para recuperar energía, ambos comenzaron el día oficialmente. Mientras que a Ezra le gustaba tomarse una buena taza de café recién hecho, Nick prefería salir a correr y ejercitarse. Durante sus años en el instituto, se acostumbró a un régimen de entrenamiento y dieta bastante estricto, pero éste se fue normalizando al pasar el tiempo. La mejor manera de correr por el bosque era desnudo; amaba la sensación de libertad en su pelaje, que le picaba al querer cambiar a su forma animal. Tras caminar varios metros de la casa, Nick se sacó el short que llevaba puesto y lo escondió detrás de un pequeño arbusto. No llevaba nada más, y eso facilitó su cambio.

Al estar listo, se agachó en el suelo y tomó una inspiración profunda, y poco a poco como su cuerpo se llenó de un pelaje oscuro, muy tupido, pero suave al tacto, sus brazos y piernas también cambiaron, sus uñas fueron reemplazadas por garras afiladas, al igual que su apuesto rostro, que mutó al de un hermoso lobo de ojos marrones. Al terminar, se sacudió, olfateando el aire a su alrededor, y le pareció mucho más rico que antes, por último, dio otro vistazo a la casa que había quedado atrás, antes de echarse a correr, sintiendo la humedad de la tierra en sus patas, escuchando los sonidos naturales del bosque con su oído especial.

Cuidando de Ezra (Lazos De Almas 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora