Eso habíamos pensado, ver a Muzan desvaneciéndose ante la luz del sol había sido la paga más gratificante después de tantos sacrificios.
Pero...
Justo ahora.
- ¡Maten a Tanjirou antes de que asesine a alguien! - el pilar del agua, Tomioka Giyu gritaba desesperado. - ¡Rápido, exponganlo a la luz del sol!
No pueden estar pasando esto.
Una persona así de pura como Tanjirou justo ahora es un demonio.
Aún no lo quiero aceptar, no puedo.
Después de todo el es la nueva causa de mi felicidad.
- ¡Kochou!
Escuche que gritaron el apellido de mis hermanas y maestras.
- ¡Kochou muévete rápido, Tanjirou te matará! - fue cuando lo vi.
Estaba justo frente a mi, estaba asustada, aterrada.
De una patada logré que él cayera al suelo y lo inmovilice poniéndome sobre él, apuntando mi espada en su cuello.
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- Hola. - su mirada era despiadada, él me puede matar justo ahora, lo veo claramente, aún solo con uno de mis ojos en perfecto estado, puedo ver atravez de los suyos.
Y el sufre.
- Él... él está sufriendo. - yo retrocedía mis pasos una vez que me levanté. - Tanjirou está sufriendo.
- Ayudame. - sus afiladas garras rozaron mis mejillas. - ¡¿A donde vas?!
Él gritó eso cuando me alejaba más de él.
- ¡Monjirou! - Inosuke apareció y le propinó una fuerte patada, tan fuerte que ocasionó que Tanjirou se estrellara con una pared cercana. - ¿Que mierda crees que haces? No la ataques, es Kanao, si le haces algo Shinobu que justo ahora está en el otro mundo vendrá y te matará.
- ¡AHH! - Tanjirou gritó enojado.
Dispuesto a matar al de la máscara de Jabalí, se lanzó directo a matar.
- Espera Tanjirou ¿Que haces? - "¡Matalo!" Escuchamos a lo largo. - Puedo hacerlo. - Inosuke desenvaino sus espadas, apuntado justo al cuello de Tanjirou, pero este se detuvo. - ¡No puedo hacerlo! ¡Después de todo, somos mejores amigos, hermanos! ¡Perdoname, Tanjirou!
Cuando las garras de Tanjirou iban a alcanzar a Inosuke algo pasó.
Era Nezuko.
Ella abrazo a su hermano, deteniendolo, mientras su sangre se derramaba producto a que Tanjirou había clavado sus garras en sus brazos.
- Hermano. - Nezuko lloraba. - Por favor detente, termina con todo esto y volvamos a casa, lo dije antes, no me abandones.
Quizás esta fue la razón por la cual solo me quedo un ojo funcional, no pensé que esta seria necesario, pero mi hermana Shinobu se anticipó ante este escenario.
- Entiendo lo que debo hacer. - miraba en mis manos un pequeño frasco, la última medicina. - ¡Aliento de la flor!
Corrí hacia Tanjirou, gracias a mi vista logré esquivar su ataque y así inyectarle la medicina en su médula espinal, pero uno de sus tentáculos me alcanzó, haciéndome un daño grave cerca del pecho, y caí.
