-¿Tienes a alguien a quien podamos llamar por ti linda? –Una enfermera le pregunto a la chica mientras acomodaba las almohadas debajo de su cabeza. Se quedaría un rato mas hasta que el doctor le diera el chequeo final, pero al parecer todo estaba bien. Le habían tomado unos pocos puntos mas arriba de la sien y su mejilla estaba raspada. Le habían aplicado ungüento y puesto una pequeña venda, pero la joven pensaba en quitársela en cuanto estuviera afuera, pues le picaba demasiado. Había tenido también un pequeño ataque de asma, pero agradeció que pudieran controlarlo de forma rápida sin hacer demasiado escándalo. Aun tenia puesta la mascarilla con oxigeno mientras su respiración se normalizaba. Estaba tendida en una camilla y otras personas estaban a su lado solo separados por una ligera cortina. Supuso que era el centro de emergencias. Varias enfermeras iban con paso acelerado y el llanto de algunos niños le pitaba en los oídos. Solo quería irse y dormir.-No. Estoy bien, gracias –Dijo sin querer sonar grosera. No tenia a nadie. Nadie salvo a si misma. Si ella muriera, a nadie le molestaría su ausencia.
-Te diste un buen golpe. Tuviste mucha suerte cariño. –Dijo en tono cariñoso. Pero Vega solo quiso asentir esta vez. No estaba de humor para hablar.
Unos policías habían estado rondándola, pero la chica solo se limito a decir que había sido su culpa y que tenia algunos problemas con su visión que le dificultaban ver la luz de lejos.
Un accidente. Pasan a diario.
No había vuelto a ver al hombre de cabello negro, pero esperaba que asi como ella lo protegió a el, aquel sujeto tuviera la amabilidad de hacer lo mismo. Su auto no había sufrido daños como para demandarla.
Una vez la enfermera estuvo afuera, su concentración trato de recordar los sucesos que se habían vuelto un colador. La enfermera ya le había advertido que podía estar confundida o ver imágenes repentinas. El impacto no había sido demasiado fuerte debido a que el conductor había frenado bastante a tiempo, pero que el golpe en su cabeza podía mantenerla mareada un rato, eso sin mencionar el dolor de cabeza que la martilleaba.
Recordó mas nítido a medida que pasaban los minutos. Ahora podía ver unos ojos color avellana y un rostro de rasgos duros. ¿Cómo dijo que se llamaba? No podía recordarlo. El escándalo a su alrededor tampoco había permitido que ella lo escuchara con nitidez. Su cabeza iba y venia hacia los eventos de la tarde. Pero pensó que era divertido; en todo estos meses era lo mas interesante que le había sucedido. El resto era rutina.
De pronto recordó como el hombre había deslizado una tarjetita dentro de su mochila antes de irse. Se levanto de inmediato y puso sus pies descalzos en el suelo mientras corria en busca de ella. La encontró colgada con cientos de efectos personales de los extraños a su alrededor. La tomo abrazandola mientras regresaba a su camilla con pasos pequeños. El centro de mergencias debía tener un dia agitado, pues la gente no paraba de caminar a con apuro con papeles en sus manos.
Una vez en su cubículo, metió la mano y rebusco en su desordenada mochila la tarjeta del hombre. ¿o tal vez solo lo imagino? La chica no se rindió y siguió rebuscando hasta lograr su objetivo. La tarjeta era de un blanco imaculado y las letras estaban impresas en cursiva.
Iván E. Pirasi.
Corredor de bolsa y asesor financiero.
Atrás estaban dos números de teléfono y una dirección de e-mail.
-Ivan... -Susurro tratando de recordar su rostro una vez mas. Tenía un apellido interesante. ¿Donde lo había escuchado antes?
Al mismo tiempo la invadió una ola de furia. Estaba estancada en esa camilla gracias a el.
-Vaya idiota –Dijo bajito. Pero por laguna razón su odio no podia llegar a quitar el interés que sus ojos habían llegado a ocasionar en ella.
¿Si lo llamara, que le diría? ¿Hola, estoy viva? ¿gracias por tu preocupación? Se sintió ridícula nada mas pensarlo. Lo mejor seria olvidarlo y concentrarse en terminar el semestre. A ultimas fechas no le estaba yendo demasiado bien. Además, aquel hombre no encajaba para nada con ella. Bastaba con mirarlo para saber que venia de un mundo en el que ella no podía encajar. Supuso que su mejor opción era odiarlo y asi quitaría todo interés en el.
Pero aun asi conservo la tarjeita y le dio vueltas entre sus delicados dedos buscando detalles en su tono de voz. Se dio cuenta que estaba distorsionando su imagen un poco mas a medida que pasaban los minutos.
-¿Qué tenemos aquí? –Dijo un hombre rubio con bata blanca mirando su carpeta mientras entraba en el cubículo de Vega. –Vega León , 23 años. Accidente de transito. Arrollada por un auto en una avenida universitaria. Mmmm, parece que te diste un fuerte golpe en la cabeza señorita. –Dijo sin levantar la vista de su carpeta, y alzaba sus radiografías para observarlas a la luz.
-Estoy bien –No sabia cuentas veces había repetido la misma frase a personas distintas, pero se estaba cansando de hacerlo.
-Si bueno, déjeme recetarle algunas pastillas para el dolor y vuelva en unas semanas para retirarle los puntos de la cabeza. De resto parece que todo esta en orden. Dijo mientras firmaba un papelito blanco con la orden de sus pastillas y el alta. Recorrió con dedos frios su cabeza de nuevo y se aseguro que no tuviera otra contusión.
-Gracias.
-Y tenga mas cuidado la próxima vez. –Dijo mientras la chica empezaban a levantarse de su camilla. –Yo... bueno, eh... espero que se sienta mejor señorita León . –Dijo el doctor mietras salía leventente incomodo. Había algo en la mirada de la chica que hacia que se sintiera un poco nervioso.
Al fin era libre.
La joven procedió a colocarse las botas y su chaqueta negra. No tenia demasiada ropa de color, pero eso estaba bien, pues pretendía pasar desapercibida la mayoría de la veces. De igual manera, los colores no eran su cosa favorita.
Camino a casa. Pensó en tomar un taxi, pero tenia que ahorrar dinero. Se estaba quedando sin efectivo y en algún momento pensaba mudarse sola. Asi no tendría que aguantar el humo en la sala con Jazmín.
Llego a casa pasadas las ocho. Por la puerta de la habitancion contigua podía ver la sombra de los pies de Jazmin moverse de un lado a otro, y escucho su voz hablando melosamente por teléfono. Cuando la conversación se puso en un tono mas candente, Vega se encerro en el baño y encendio su teléfono para poner algo de música.
No reconoció a la chica que vio en el espejo. Estaba palida y con ojeras marcadas. Con cuidado arranco la banda que le habían puesto y solo se puso una crema cicatrizante que tenía en el botiquín. Cubrió la herida con su espeso cabello y pretendió que no estaba allí. Tuvo miedo de tocar los puntos suturados en su cabeza, pero si se tomo dos calmantes que la harian caer prácticamente desmayada.
Con cuidado salio del baño sin querer hacer ruido y se tumbo en su pequeña cama esperando que el sueño fuera tan reparador como se podía. Tenia trabajo mañana por mas que no se le antojara ir.
Por la noche soño con ojos avellaña y cemento frio.
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¿Comentarios? ¿preguntas?
¿Un maratón puede ser?Esto se esta poniendo internaste...
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Mejor si sonríes (ABDL)
Teen FictionVega jamás pensó que llegaría el cielo, pero si el infierno existiera, seguro era el estar al lado de el hombre que tenía al frente. -Y esto es solo el comienzo niña. ............................... <todos los derechos reservados. Está prohibida...