-¡Oh por dios! Vega ¿estas bien? ¿Cómo paso esto? –Mia estaba bajo en el edificio esperando a su compañera para entrar juntas. Reconoceria sus botas negras donde fuera, todavía tenían que usar un uniforme azul, pero la chica jamás se las quitaba. Pero su rostro era otra historia.
-Vale vale vale, no te alteres, estoy bien –Dijo tratando de cortarla ahí mismo, pero a pesar de que la chica no fuera pesada, estaba preocupada por ella.
-Tienes puntos en la cabeza. Debiste llamar y decir que estabas enferma. Puedo arreglármelas sola si no te sientes bien. Y de todas formas ¿Qué ha pasado?
-Solo un idiota que iba demasiado rápido y yo no mire la luz. Tranquila, he tomado tantos calmates siento que estoy en el país de las maravillas
-¿Estás segura? Puedo ir yo sola en serio
-Necesito el dinero Mia. Da igual ¡vamos allá! No debe ser tan grande.
-Te dare mi número de teléfono chica, esta semana debe ser un infierno con el dolor de cabeza que debes tener –Murmuro Mia mientras entraban en el lujoso edificio.
-Eso estaría bien –Dijo forzando una sonrisa. Ella no era buena haciendo amigos. Mia era amable, pero temia no ser lo suficientemente buena. A estas fechas, no sabia como no salía corriendo de su lado como todo el mundo.
Subieron al ultimo piso y las puertas se abrieron dando vista a un largo pasillo que terminaba ante una puerta de madera tallada finamente. Los detalles eran increíblemente bonitos. Mia toco el timbre y las dos chicas esperaron a que abrieran.
Habían pasado unos cinco minutos y Vega se estaba impacientando. Volvio a tocar el tiembre pero esta vez repetidas veces.
-Ya, ya shhhh. Ya saldrán. Espera. –Dijo Mia tratando de alejar a Vega del timbre.
-Que tengan mas dinero que yo no significa que juguen con mi tiempo
-Vega ya van a sal...
Un hombre de mediana edad abrió las puertas. Era bastante alto y sus musculos se le marcaban bajo su traje formal.
-Eh, nosotras, eh, pues –Mia se había quedado tan absorta por la presencia del hombre que podía jurar que hasta olvido su propio nombre.
-Venimos de la agencia de limpieza. Estaba programada para las 10 de la mañana de hoy –Dijo Vega tomando el control de la situación. Era alto, si, y tenia pinta se ser ex-boxeador, pero a ella nada le intimidaba.
-¡Si! Eso mismo –Continuo Mia que roja como remolacha mientras recuperaba el aliento.
El hombre las miro de arriba abajo y solo asintió sin mirar demasiado a Vega.
-Claro. Las estábamos esperando. –Dijo mientras que con un gesto las conducía dentro del departamento.
-Pues no parece, llevábamos buen rato ahí paradas y...
-¡Vega! –Susurro Mia interrumpiéndola mientras le pellizaba un poco por detrás.
El hombre se volteo y le lanzo una mirada amenazante a ambas.
-Y tengan por seguro que escuchamos ambos timbres señoritas. No hay necesidad de arrancar el timbre con el dedo. –Dijo sarcásticamente mientras le dirigía el comentario mas a Vega que a Mia, pues esta ultima se veía mas cobarde y Vega tenia una pinta mas rebelde, asi que imagino que era la responsable.
Vega solo sonrio de forma sarcástica y se dispuso a ver el departamento que tenían por delante. Era grande si, y con suerte podían termianrlo antes de las 3. Tenia dos plantas. La primera consistía en una sala enorme bastante espaciada. Unos ventanales dejaban entrar la luz natural y los pocos rayos del sol que las nubes dejaban entrever. Mas alla unas puertas de vidrio y madera daban a la cocina que parecia igual de grande. Unas modernas escaleras daban paso a la segunda planta donde Vega supuso que estarían las habitaciones. No había fotografías ni cuadros, pero todo estaba pintado de forma bastante opaca en distintos colores. Era bonito, auque un poco sobrio para su gusto.
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Mejor si sonríes (ABDL)
Teen FictionVega jamás pensó que llegaría el cielo, pero si el infierno existiera, seguro era el estar al lado de el hombre que tenía al frente. -Y esto es solo el comienzo niña. ............................... <todos los derechos reservados. Está prohibida...