10 things I hate about you ||Luzugetta|| #PremiosKarmaland2020

🌺 01 🌺

I hate the way you talk to me.

El castaño que había postulado a la alcaldía caminaba por el pueblo, habían pasado ya algunas semanas. Pero había una vocecilla dentro de él que le decía que cometiera locuras, que si no podía con los malos...que se les uniera.

Recordó la manera tan despectiva en la que Auron se río de él, cuando supo que no había ganado la alcaldía.

Sintió algo de rabia, pero, evitó pensar en ello. No quería gastar su tiempo en alguien que no valía la pena.

Su móvil vibro dentro de su sudadera negra y el castaño contestó la llamada

Vegetitta.

— Hola Vegetta... — dijo con entusiasmo y escucho la risita del de ojos amatistas.

— Hombre, hola Luzu — le dijo el de cabello oscuro. — ¿Quieres venir hoy a mi casa? Tengo algo que contarte, y bueno, eres al que más le tengo confianza para esto...— de un momento a otro la voz de Vegetta se había vuelto más seria, y Luzu supo que le hablaba de algo serio.

— Estaré en tu casa en cinco minutos, llevaré palomitas...

— Yo tengo soda y dulces, corre. — le escuchó decir.

Luzu y Vegetta se parecían en algo. Ambos habían sido traicionados por las personas que amaban.

Luzu por Auron. Vegetta por Willy y Rubén, no al mismo tiempo, claro, y Vegetta a Willy no reclamaba nada, pues jamás habían sido un algo simplemente habían sido dos adolescentes que se habían dejado llevar, en un principio sí, Vegetta sufrió mucho, se alejó del que fue su primer amor y mejor amigo, pero, cuando llegó Rubén, todo había cambiado para los amigos, pues Vegetta comenzó a sanar, y ambos eran amigos, que siempre se apoyaban, más poco le duró a Vegetta porque Rubius al parecer solo le había usado. ¿Para qué? No lo sabía. Nadie lo sabía. Pero, el chico sí que se había llevado unos golpes de parte de Fargan y Willy (quiénes eran pareja y a pesar de que Willy fuera un ex de Vegetta, Fargan le agradecía al de ojos amatistas, pues le había ayudado a estar con Willy).

El punto, era que tanto el chico bueno como el señor simetría tenían una mala suerte para el amor.

Dejo a Manolo comiendo una rica zanahoria y emprendió su camino a la casa del chico de ojos amatistas. No le digan, pero, Luzu admiraba la manera en que Vegetta había hecho algo tan hermoso con pura tierra, era como un pequeño paraíso, y ¿La isla flotante? ¡Era el bendito cielo!

Subió las escaleras y después al elevador, suspiró aliviado al notar que no había torretas y camino a la puerta.

— Lo siento, no puedes usar este escáner, pertenece a Vegetta... — dijo la voz robótica.

— Li siinti, ni piidis isir isti iscinir, pirtinici i Vigitti — imitó Luzu algo fastidiado al escáner.

La puerta se abrió y encontró a un Vegetta reteniendo su risa.