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I hate it when you make me laugh

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I hate it when you make me laugh

Vegetta observo al castaño que estaba frente a él, lo veía tan nervioso, que quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Decirle que él no lo iba a juzgar.

Era una extraña necesidad que se daba paso en su pecho cada vez que veía a Luzu de aquella manera...no le gustaba que Luzu perdiera ese brillo que adornaba sus ojos, porque si Luzu perdía su brillo, ¿Qué esperanza tenían ellos de ser felices?

Aun así, sentía que no era lo correcto decirle todo aquello que pensaba mientras caminaban por las calles del pueblo de Karmaland rumbo a alguna casa, sabiendo que Luzu se quebraría si lo abrazaba y eso haría un revuelo en el pueblo, así que lo único que hizo fue tomar la mano del chico y apretarla ligeramente, queriendo demostrarle que lo quería, que todo estaría bien.

—Vamos a tu casa, ¿Te parece? — dijo Samuel, queriendo que el chico se sintiera cómodo y no tan juzgado, después de todo sabía que Luzu se sentía mucho mejor en su hogar, un lugar que Luzu conocía, donde él tenía el control.

Luzu asintió mientras no decía nada, el amante del morado no le dijo nada, y solo se dejo guiar por Luzu hacia la casa de este.

Al llegar, Samuel sonrió ligeramente al ver todavía aquella muralla con lava corriendo.

—Algún día deberé de quitar esa lava de aquí...para que ya no estorbe. — dijo con una pequeña mueca.

—No lo creo. Si a ti te gusta se puede quedar, es tu casa Luzu, no la de los demás. — le recordó mientras lo observaba. Luzu asintió después de unos segundos, algo que siempre pasaba era eso: Luzu intentaba tener contentos a todos en el pueblo a costa de su felicidad y muchos de los héroes solían aprovecharse de ello. Eran tontitos.

—Vamos dentro, venga Samu — sonrió Luzu con suavidad, Samuel asintió y entro, suspirando aliviado cuando las torretas no le atacaron como era costumbre.

Al llegar a la puerta, Luzu coloco su mirada y las puertas se abrieron a la par, primero, entro Luzu, después Samuel, el cual tenía una pequeña sonrisa adornando sus labios, mientras ladeaba la cabeza observando el lugar.

Luzu giro para observarlo, y se sintió ligeramente ofendido de que Manolo al escucharlos corriera hacia Samuel y buscara que el de ojos morados le diera amor. ¡Vamos! Si el le daba amor y cariño a diario.

—Estoy ofendido Manolo — dijo al cerdo. Su novio rio mientras lo miraba.

—Manolo no ha hecho nada. — le aclaro, algo divertido.

—¡Claro que sí! Corrió hacia ti como un cerdito desamparado al que no le dan amor cuando yo a diario le doy amor. — refunfuño.

Escucho al de cabellos azabaches reír y alzo la mirada, listo para reclamar. Pero su Samu le gano haciendo un comentario típico suyo.

10 things I hate about you ||Luzugetta|| #PremiosKarmaland2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora