I. Lascivia

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Un infierno siento, que moja todo mi cuerpo,
las miradas colisionan y deseo poseer
los besos húmedos que habitan en el fuego
que con desenfreno excita a mi alma y mi ser.

Anhelo tocar los secretos de tu silueta
repletos de lunas dulces con sabor a miel,
despertar instintos de tu intimidad inquieta
y disfrutar tus momentos de extremo placer.

Seré el amante que vea perfección en tu atlántico,
los demonios que pequen en tu montaña púbica,
Venus, que diste génesis a un poeta romántico.

Tienes manantiales de flujos y fuentes únicas
¡que ojalá descubra!, entre misterios galácticos
y gemidos que en mi mente engendran bella música.

CXCVI: Sonetos AlejandrinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora