Noche de motel: Parte I

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Un gran estruendo despertó a Aria y a Niall que ya estaban profundamente dormidos.

-¿Por qué estamos parados?- preguntó Niall desperezándose- ¿Ya llegamos?

-Niall, apenas llevamos media de hora de viaje.

-No sé que le pasa a este trasto- dijo Louis intentando encender otra vez el coche.

-¡¡¡Para!! ¡¡No hagas eso pedazo de bestia!! Vas a terminar de quemar el motor y así si que estamos jodidos- le gritó Aria.

-¿Sabes de mecánica?

-Si, siempre ayudaba a un amigo mecánico. Prácticamente trabaja allí.

-¿Cómo puede alguien como tú trabajar de mecánica?- pensó en alto Zayn.

-¿Cómo se supone que soy?- alzó una ceja ella.

-Tú… ya me entiendes…- esquivó la pregunta.

-Intentaré tomármelo como un cumplido- sonrió, aquel chico le caía bien- voy a echarle un vistazo al motor, ahora vuelvo.

-¿Quieres que te acompañe?- preguntó Harry en un fallido intento de estar a solas con ella para poder disculparse decentemente. Pero cuando formuló la pregunta ella ya había salido de la caravana.

-Esta chica es una caja de sorpresas- comentó Niall.

-¡Ni que lo digas!- exclamo Louis con su permanente buen humor.

Al cabo de un rato la puerta se abrió y la cabeza de Aria se asomó.

-Chicos ¿Tenéis móvil?- preguntó sin entrar en el vehículo.

Ellos negaron. Aria los miró extrañada, se suponía que las superestrellas siempre llevan el móvil encima.

-A veces, cuando queremos relajarnos y desconectar de todo apagamos los móviles y los dejamos en casa- se explicó Liam.

-Pues estamos bien jodidos- dijo cerrando otra vez la puerta. Los chicos se miraron y Harry se levantó.

-Ya voy yo.

Se acercó a la parte delantera y la encontró pasando sus finas manos por conductos e intentando cerrar algo que no consiguió distinguir por culpa de la oscuridad.

-¿Te hecho una mano?- preguntó él, ella ni se inmutó.

-Mantén tus manos alejadas de mí- él alzó las manos en señal de paz.

Pasaban los minutos, ella lo ignoraba mientras seguía intentando arreglar el motor de aquella vieja chatarra. Él la miraba. Cansado y con frío de tanto esperar decidió irse.

-Oye- se aclaró la garganta- respecto a lo de antes…Yo no quería decir eso, no pensaba en lo que decía. Si necesitas cualquier cosa, solo házmelo saber. Espero que me perdones. Me cuesta reconocer un error, tenlo en cuenta.

Se marchó. Aria ni siquiera alzó la vista, tenía que admitir que esas palabras la habían ablandado pero no lo suficiente. Su orgullo seguía herido.

Justo cuando oyó la puerta cerrarse, se volvió a abrir.

-Ya he oído tus malditas disculpas, no necesito que me las vuelvas a repetir- dijo Aria pensando que volvía a ser Harry.

-Soy yo- se acercó Zayn- supuse que tendrías frío.

Le ofreció una sudadera que había traído, cuando se la puso le quedaba bastante grande pero le dio igual.

-Gracias- le mostró su sonrisa más dulce. Aquel chico tenía algo que le hacía confiar en él.

-De nada- contestó de la misma manera. Se quedaron unos segundos en un reconfortable silencio mirándose. Aunque el muchacho tenía los ojos oscuros eran muy bonitos, incluso brillaban en la oscuridad.

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