Un paso más cerca de tí

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POV Alba

Ya había pasado una semana desde aquel día, y todo estaba extrañamente en el aire, en tensión, me pasaba horas trabajando en el bar con Damion para despejar mi mente de Natalia, de sus labios y de sus intensos y hermosos ojos

-Alba, ve a la mesa 4, hay gente esperando a que le tomen nota- la voz demandante de Damion al otro lado de la barra hizo que pusiera todos mis sentidos en el trabajo, así que me dirijí a la mesa para tomar nota

-Bienvenido al animal's soul, ¿Qué desea tomar?

-A tí... Alba.... Te quiero a tí - la voz ronca que me habló hizo que me tensara y levantara la mirada viendo a Hugo sonriendome con arrogancia

-¿Qué coño haces aquí? -a mi voz temblorosa se le sumó una incomodidad y nerviosismo que tensó todo mi cuerpo - yo te dije que no quiero nada contigo....

- Cállate pequeña zorra- sus palabras me cortaron de golpe- te dije que no pararía hasta conseguir lo que quiero, una noche contigo, como la de hace unos meses.. Y esto terminará bien.... Y si no.... Te despido y reveló la identidad de Olivia.... Seguro que la persona que va detrás de tí con la intención de descubrirte y matarte le alegrará mucho esa información

Hijo de la grandisima puta... Lo odio muchísimo...

-Eres un puto chantagista de mierda... Largo de aquí, ahora mismo

-Yo que tú me lo pensaba, señorita R- empezó a apuntar algo en un papel y me lo dio- sabes que soy capaz de muchas cosas para conseguir lo que quiero, además, Eva ya no es un problema, la dejé hace un mes- tras esto se levantó y me tocó el culo con descaro, me dieron ganas de potar- y en mi nueva casa, aqui en Madrid, tengo algo que te pertenece... Así que si vienes todos saldremos ganando- y después de esto, se fue, todo el bar estaba mirando y nadie hizo nada, solo tenía muchísimas ganas de llorar

-Alba... ¿Todo bien? - Damion se puso a mi lado y yo negué mientras dejaba brotar mis lágrimas

-No, no estoy bien.... ¿Me puedo ir a casa? - me sequé las lágrimas y le miré a los ojos mientras él a sentía, me quité el delantal y se lo dí - mañana vengo al turno de noche... - tras esto, salí corriendo al único lugar que tuve en mente, la casa de Natalia

Al llegar a su puerta, no cesé de llamar a ella, estaba a punto de que me diera un ataque de ansiedad, notaba como el aire entraba cada vez con más dificultad y sentía que me iba a desmayar, justo en ese momento, vi como Natalia abrió la puerta y yo me dejé caer en sus brazos

-Alba... ¿Albi, que te pasa? - la escuchaba como a la lejanía a pesar de tenerla a escasos centímetros de mí, me costaba todo y sentía que en cualquier momento los pulmones se me cerrarían por completo- Alba, mírame... Respira a mi ritmo ¿vale? - cogió una de mis manos y la puso en su pecho, notando el tranquilo ritmo de su respiración, yo intentaba seguirlo sin mucho éxito, sin embargo, tras unos minutos gracias a la insistencia de Natalia, conseguí respirar a su ritmo

-Nat...

-Albi, ahora mismo lo mejor es que te calmes completamente y después hablamos, tómate tu tiempo - a pesar de cortar mi improvisado discurso, del cual no pude ni empezar, se lo agradecí internamente, no tenía apenas fuerzas para nada más que acurrucarme en su elvelto cuerpo que en ese momento me daba el cariño que necesitaba

Y así pasaron un par de horas, en las que resultó q me quedé dormida y Natalia me llevó a su habitación para que descansará bien, al girarme vi a Natalia, también dormida abrazándome por la cintura, como si quisiera decirme que pasara lo que pasara estaría conmigo y no me iba a dejar solo nunca más... Sabía que me iba a arrepentir, pero tuve el impulso de hacerlo... Me acerqué con cuidado a ella y acaricié sus labios con delicadeza, sus finos y secos labios.... Suspiré sobre su boca y le di un pico algo más largo de lo normal...

-Tengo miedo Nat... Miedo, no solo de que me pase algo malo a mí, sino que también te pase algo malo a tí - mis palabras eran un susurro, no quería romper la calma que aquel momento había creado por arre de magia- eso sí que no me lo perdonaría jamás...

Natalia empezó a moverse mientras hacía algún que otro ruiditos, era un bebé de dos metros, no podía ser más adorable.... Yo empecé a acariciarle el pelo justo cuando ella empezó a abrir los ojos, que acabaron mirandome con una sonrisa dibujada no sólo en sus labios, sino que también en sus ojos

-Hola rubita... Ya estás mejor, ¿no? - yo solo asentí mientras apoyaba mi cabeza su pecho

-Si... Gracias Nat... - sus manos comenzaron a acariciarme la espalda y yo cerré los ojos- Hugo está aquí en Madrid... Le he visto en el bar- y tras estas palabras, le conté con todo lujo de detalles lo que ocurrió allí, saltando e la parte de esa misteriosa persona que quiere acabar con mi vida, esa información es innecesaria

-En el papel está su dirección, ¿correcto? - me preguntó ella con la vena hinchada

-Supongo....

-Pues vamos a ir las dos... Tú, para que abra la puerta y yo para encargarme de darle su merecido a ese cabronazo- la rabia con la que soltó esas palabras me hizo temblar... Joder Natalia- no voy a permitir que te haga daño.... No ahora que puedo evitarlo

¿Es normal que tuviera cada vez más ganas de besarla?

POV Natalia

Me parecía increíble que le pasara esto a Alba, estaba cabreada, no iba a dejar que nadie más le destrozase la vida

-Pero Natalia... Es peligroso... Iré y le daré lo que quiere, ya está

-No voy a permitirlo.... Vamos a ir las dos, y le voy a partir la cara a ese gilipollas- no pude evitar mirar sus ojos tristes, con la expresión más sombría que jamás expresó su angelical rostro- y no te va a pasar nada... Lo prometo

-Tengo miedo... No quiero que nos pase nada..

-Y no nos va a pasar... Solo vos a dejarle a ese cabrón bien claro una cosa.... A tí nadie te amenaza si Natalia Lacunza está contigo... Me refiero a contigo en plan en tu vida... Como amistad y eso....

-Lo he pillado, tranquila.... Y se supone que la que glicheaba era yo, no tú - una pequeña sonrisa apareció en su rostro y yo me la quise comer a bocaditos pequeñitos

- Es algo que me pegaste, así que ahora lo sabes... Venga, vamos a levantarnos, tomamos algo y vamos a ver a ese...

-Natalia, ya... - me puso la mano en la boca y fruncí el ceño- vamos a comer algo, le das de comer a Figaro y nos vamos, ¿entendido?

-Cristalino mi capitana- tras sentarme en la cama y saludar como un soldado a su capitán, ambas empezamos a reírnos, estas payasadas era algo que echaba de menos

-Venga pava, vamos a comer- se levantó de la cama de un solo salto, cogió a Figaro en brazos y salió al comedor

Mientras tanto, yo me levanté, hice de nuevo la cama y fui tras ella con un claro pensamiento.... Cada vez estábamos más cerca a recuperar la confianza que teníamos la una en la otra

Y volviste a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora