El terreno de lo prohibido

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POV Alba

Casi nos besamos, tengo que dar las gracias a Figaro por interrumpirnos, ya que sinceramente, es demasiado pronto para intentar algo, para hacer algo... Es demasiado pronto para ambas, esto debemos tomarlo con calma, para no hacernos daño. No podía dejar de darle vueltas al asunto mientras recogía los trozos de cristales que había por el suelo sin la ayuda de Natalia, que se había quedado como un pasmarote en el jardín con una sonrisa de boba que me moría por borrar estallando sus labios contra los míos.... ¿Qué soy un poco bipolar puesto que me acabo de contradecir? Pues si, porque es cierto que quiero besarla... Hace años que quiero besarla pero algo en mí me dice, que si nos besamos, algo malo sucedería. Una vez que Natalia entró, nos pusimos a recoger lo poco que quedaba y nos miramos con timidez

-Albi... ¿Duermes conmigo como en los viejos tiempos? - hizo un pequeño puchero y a mí eso me puso muy blandita- Porfi, que te he echado mucho de menos... Y te dejo el lado pegado a la pared que se que es tu favorito

Y eso ya era la bomba para que estuviese a punto de comerle toda la boca, apenas nadie se acordaba de eso pequeños detalles, pero ella sí

-Yo eso lo daba por echo Natalia - sonreí con sinceridad y me refugié en sus brazos, en busca de su cálido y habitual abrazo, noté como su corazón latía con fuerza al sentir mi cercanía y como mi corazón latía al mismo ritmo, sin ambas ser muy conscientes de ello

-Entonces vamos a dormir ya... Debes de estar incómoda con esas botas y ese vestido - se separó con una lentitud tortuosa de mi cuerpo y puso rumbo a su habitación.

Yo por instinto la seguí hasta acabar junto a ella en la habitación... Las dos, completamente solas, con algo de alcohol aún en nuestra sangre, la adrenalina aumentando y las ganas de liberar oxitocina por todos los poros de mi currpo junto a ella, eran, sinceramente, una bomba de relojería que estaba a punto de estallar, sin embargo, ninguna se atrevió dar ningún paso más allá, simplemente nos quitamos la ropa, nos pusimos el pijama, que para ambas era una se sus largas camisetas, nos tumbamos en la cama algo alejadas y nos miramos a los ojos durante un tiempo indeterminado... O puede que fueran solo un par de minutos, pero si intensa mirada me roba el tiempo y el aliento

-Te puedes acercar y abrazarme... Solo si quieres, Reche, no estás obligada - a pesar de la oscuridad de la habitación, pude ver el rubor de sus mejillas a la perfección... Está persona hoy me iba a matar de ternura y de amor, 0 dudas al respecto

Y yo no dije nada, simplemente me acerque y apoyé mi cabeza en su pecho tras dejar anteriormente un beso en la mejilla que acabó accidentalmente en un pico

-Perdón Nat... Yo, esto... Yo...

-Shhhh, na pasa nada, las amigas también se dan picos, tonta... - sus manos acariciando mi espalda con mimo me hicieron relajarme-es algo natural, tampoco creo que eso sea para que empiecen tus glicheos... Ni que fueras una zorra que calentases a todo el mundo porque si, por una tontería...

En ese momento, me despegué un poco de ella y suspiré, otro mal recuerdo, otra mala pasada.... Y fue por culpa de mi actual jefe, Hugo

-En verdad... Si hay gente que me consideras eso... - vi su cara de circunstancia, de no entender nada y suspiré - te voy a contar el porqué...

Flashback

Estaba en mi casa terminando de retocar algunos poemas cuando alguien llamó a mi puerta... Era mi nuevo jefe, Hugo

-Emmm, hola señor Cobo... ¿Qué hace aqui?

-Alba, llámame Hugo, por favor... Verás... En la fiesta de hace una semana.. Lo pasamos muy bien - mientras iba hablando puso sus manos en mi cintura y se pegó a mi, notando su erección... La madre que me parió - y yo me preguntaba.... Si podíamos volver a tener esa diversión

Y volviste a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora