Capítulo 2

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EDITADO
Al llegar a la clase de Geografía e Historia la gente me miró sorprendida. Algunos agacharon la cabeza y otros simplemente se dedicaron a murmurar y a echarme un miradas. Miré a un lado con una mueca. Ninguno de mis amigos iría a esta clase, el director nos lo había comunicado. La profesora me pidió que subiera a la tarima con una seña de mano, sonriente. Deseé que se me pegara algo de su comportamiento.

—Bueno chicos, muchos de vosotros os acordaréis de ella. Para los que no, ella es Aria Boucher. Aria era estudiante en este centro pero hace un año se trasladó a otro. Ahora que ha vuelto, he de pediros que la tratéis bien y la volváis a aceptar entre vosotros.

"Ellos nunca me aceptaron".

—Aria, querida, siéntate en una de las mesas vacías para que podamos comenzar la clase.

Tras un  leve asentimiento de cabeza, pasé por la fila del medio entre los adolescentes que me miraban entre murmullos. La mayoría me evitaban la mirada.

"Cobardes".

Como las mesas estaban todas separadas, me senté al fondo de la clase. Liam apareció por la puerta, vestido con una chaqueta de cuero negra, el pelo castaño revuelto, pantalones negros, una camiseta gris, y con sus ojos azules posándose con una mueca en los alumnos.

Todas las hormonas femeninas de clase se giraron a mirarlos sonrientes. Leo hizo puso los ojos en blanco a su lado.

—¿Quién eres tú? —preguntó la profesora. Liam hizo un globo con su cliché que explotó segundos después.

—El chico más guapo de esta clase. Estoy en tu lista. 

—Perdona, ¿qué? —cuestionó confusa la profesora.

Pero Liam, cómo no, pasó de ella y se subió a la tarima antes de que la pobre mujer pudiese abrir la boca. Me llevé la mano a la cabeza.

—Hola, soy Liam Kirby y, como ya habréis podido descubrir, soy impresionante. Soy nuevo y aún no tengo muy claro por qué he venido a este lugar —hizo un reverencia, guiñándole un ojo a una chica rubia de la primera fila. Su globo de chicle explotó de nuevo—. Ahora si me disculpáis  iré al fondo de la clase a esperar a que pase esta maldita mañana.

Leo negó con la cabeza asqueado por su comportamiento y salió por la puerta. La profesora los miraba con una confusión absoluta. Sin que nadie pudiese responder, pasó de largo,  y se sentó en la otra mesa que estaba a mi lado. Un par de risas femeninas llegaron a mis oídos, pero cuando alcé la mirada me tomé con más de un par de ojos que reflejaban asco. Miré a Liam fijamente, esperando una explicación.

—¿Qué? —preguntó en un tono desinteresado, como si no tuviese ni la menor idea de lo que podría estar pensando.

—¿Era necesario?

Desde que le conocí, Liam siempre había mostrado cierta pasión hacia llamar la atención, sobretodo con presentaciones, algo que seguramente Dante le había inculcado con el paso del tiempo.

—Un tipo como yo merece una increíble presentación —susurró entonces con su típica sonrisa traviesa en los labios.

Negué con la cabeza, poniendo los ojos en blanco, y devolví mi atención a aquella ventana vieja que tantos recuerdos me traía.

FLASHBACK

—¡Eh, tú! —vociferó Marco.

Aparté mi mirada de la ventana y lo miré a los ojos con temor. El chico me miró con una mueca, al igual que dos de sus amigos, que se encontraban detrás de él como siempre, siguiéndole como avispas.

Ahora síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora