Drifting Love || JJ Maybank

Chapter Sixteen

Mackenzie Pov's

Después de esa escena, me acerqué a una de las mesas de comida para distraerme.

- Disculpe señorita, ¿querría? - Un camarero me sorprendió, ofreciéndome una de las copas de champán que llevaba en la bandeja.

- No bebo, pero gracias. - Le sonreí.

Cuando se fue, en la lejanía pude ver a Rafe y Topper hablando con mi madre animadamente.

En ese momento caí en la cuenta de que aún me quedaban bastantes horas teniendo que estar aquí aguantando la incómoda situación, y hacerlo en este estado de sobriedad sería demasiado difícil.

- ¡Espera! - Me acerqué al anterior camarero. - Sí que quiero una copa, es más, la necesito.

El chico me acercó la bandeja y yo agarré una de las copas.

- Gracias. - Me despedí.

Al principio dudé en probar ese líquido de color amarillo espumoso, en el que dentro se veían algunas pequeñas burbujas. Pero finalmente me armé de valor y tomé un pequeño trago. En un comienzo el gusto era un poco ácido, pero me acostumbré rápidamente a él y podría decirse que lo encontré dulce.

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Me encontraba en un lugar apartado de la gente, concentrada en mis pensamientos.

- Mackenzie tengo que contarte una cosa, así que necesito que me acompañes a... - Era la voz de Sarah. - ¿Has bebido? - Miró sorprendida la copa que llevaba en mi mano.

- No, esto es simplemente porque me gusta aguantarle los vasos a la gente. - Respondí sarcástica. -  Oye, ¿qué te parece que le demos dinero a ese señor? - Señalé a una persona de avanzada edad. - Parece deprimido. Venga, vamos.

- Mierda... - Agarró mi bebida y la dejó en la mesa más cercana.

- Oye... - Dije haciendo un puchero.

- ¿Cuánto has bebido?

- Pues a ver... - Me puse a contar con mis dedos. - Uno... Dos... Cuatro... - Me miró sorprendida. - La verdad es que no llevo la cuenta, simplemente sé que ahora mismo podría lidiar con mi madre y tu hermano durante toda la noche. - Hice una mueca. - De hecho voy a ir a hablar con ellos.

Empecé a buscarlos.

- ¡No! - Me cogió del brazo. - Mejor que te saque de aquí antes de que tu madre o alguien te vea así. - Empezó a arrastrarme hacia fuera de la fiesta.

- ¿A dónde me llevas? - Me costaba seguirle el ritmo.

- Necesito que me acompañes a un lugar. Es importante.

Después de esa pequeña charla estuvimos un buen rato caminando.

- Sarah, ¿cuánto falta? - Me detuve. - Me duelen demasiado los pies, estos tacones son insufribles. - Empecé a quitármelos torpemente.

- Ni se te ocurra quitártelos. Ya falta poco.

Cuando lleguemos a ese destino tan misterioso, me sorprendí.

- ¿Se puede saber porque estamos en el mirador? - Visualicé la gran torre que estaba delante de nosotras.

- Es algo importante.

- Espera, ¿me estás diciendo que tendré que subir todas esas escaleras, con estos zapatos? ¡Malditos tacones!

Tenía que admitirlo, en ese momento fui bastante dramática, pero entre la caminata y el dolor de cabeza me daba la sensación de que iba a explotar.