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  Taehyung estaba más que confundido, mientras miraba a su abuela mimar a el pequeño rubio que tenia las mejillas llenas como una ardilla.

  ¿Qué no se cansaba de comer?

  Su cabeza estaba trabajando lo más rápido que podía tratando de descifrar, sea lo que sea que estaba pasando después de las palabras de su abuela, ciertamente ella parecía saber más que el mismo, siendo que esto debería ser al contrario.

  ¿Ella por qué estaba enterada de tantas cosas así?

  Bufo con fastidio

  —Abue, no planeas conservarlo ¿Cierto? —dijo el chico mientras se levantaba a apagar el fogón y servir en dos tazones la comida. — Si lo devuelvo donde lo encontré puedo evitarme toda esa "aventura"

   La mujer levantó la vista, mirándole desconcertada. Pero antes de poder contestar, el ceño del pequeño Jimin se mostró en su bello rostro, aun con las mejillas llenas, se levantó del lugar apretando sus puñitos.

  —¡¿Quien te crees, gigantón?! —en ves de verse intimidante, el pequeño se veía aún más adorable tratando de hablar con las mejillas llenas. — ¡No puedes deshacerte de mi como si fuera cualquier cosa!

  La mujer soltó una risa cansada, Taehyung dejo un tazón de comida humeante frente a la mujer y tomó asiento a su lado frunciendo el ceño al menor iba a hablar pero la mujer se apresuró.

  —No puedes deshacerte se él, Taehyung. Es parte de ti ahora.

  —¿Hasta cuando? —bufo el menor.

  La mujer con manos temblorosas tomó una cucharada de arroz y lo metió dentro del caldo de gallina que había preparado, sorbiendo tranquilamente antes de contestar.

  —Hasta que tu destino se haya cumplido.

  El chico bufo rodando los ojos.

  —¿Qué es eso que tengo que cumplir?  —está vez le pregunto al pequeño que apenas terminaba de tragar todo lo que almacenaba su boca, estaba ahora sentado arriba del azucarero balanceado sus piernitas.

  Se encogió de hombros —¿Yo que voy a saber?
 
   —¡Se supone lo saben todo! —Se quejó Taehyung alzando sus cejas.

   —¡El destino no es algo que se pueda saber con exactitud genio! Es cambiante, ahora puede que sea uno por las decisiones que has tomado, pero cuando cambies de estás será otro completamente distinto. ¡El destino no es seguro!  —el rostro del pequeño estaba rojo de molestia, exactamente como habia dicho la mujer, eran criaturas hurañas.

  El rubio tomó otro terron de azúcar metiéndole molesto a su boca volviendo a llenarla y se cruzó de brazos.

  La mujer sonreía mientras seguía comiendo, hacía mucho tiempo que no veía a un pulgarcito, y era tan adorable como recordaba.

  Taehyung aún le era difícil asimilar todo lo que estaba pasado.

  ¡Vamos! Eso no era real ¿o si? 

  —No son tan mágicas como dicen. —murmuró por lo bajo el chico, ganándose a un Jimin mostrándole la lengua.

   —Oh... —La mujer pareció recordar algo de pronto mirandolo.— Hijo, ¿Podrías traer las hojas que te he encargado? Las pondré a hervir para mi hungüento.

  El chico asintió mientras se levantaba y caminaba a su costal, rápidamente encontró sobre todo, las extrañas plantas que había recolectado, volvió hacía su abuela.

El caballero idiota. | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora