Extra

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Meses, estaba en una relación hace meses con Yamaguchi y sentía que más allá de los besos nunca iban a llegar, como los astronautas a Marte.

Besos subiendo de tono, besos dulces, piquitos, besos fugaces y superficiales que se daban cuando nadie los veía... ¡Quería más que eso!. Yamaguchi no era un alma tentadora o seductora, era alguien normal y adorable más que perverso, pero habían veces en que sólo lo quería coger en la sala de empleados. Quería tanto tocarlo, escucharlo gemir... ¿Desde cuando se volvió tan sádico o monopolizador? Se estaba comportando caprichosamente, pero es que estar en una relación significaba dar pasos también.

Se lo había propuesto, que de una vez por todas donde Yamaguchi le dijera con su tierna y aguda voz que parara, no se iba a detener e iba hacerlo suyo. ¡Por qué Dios! Cuando sus manos recorrían ese cuerpito de Yamaguchi, verlo estremecerse solo por acaricias en un abrazo dulce, sus deseos carnales le decían a viva voz sobre ambos oídos que lo desnudara por completo.

Y al parecer todo estaba a su favor cuando hoy era el dia en que les tocaba limpiar y cerrar la cafetería. Rutina de todos estos meses en pareja pero nunca pudo llegar más lejos por las excusas de Yamaguchi diciendole "hay que limpiar" "no es un buen lugar" ¡estaba harto!.

En serio, no sabía de donde sacó tantos deseos pervertidos desde que se hizo pareja de Yamaguchi. No podía detenerse ya.

🥐

- ¿Empezamos a limpiar, Tsukki? -mencionó con dulzura y esa tierna sonrisa que lo caracterizaba tras ver como quedaron solos en la desolada cafetería, teniendo entre sus manos la escoba y empezó a barrer inocentemente cuando el rubio asintió - no sé como hay tanto polvo...

El rubio ya se estaba desesperando. No habían estado ni cinco minutos limpiando las mesas cuando comenzó a excitarse con tal solo imaginar las miles escenas de tenerlo encima de una mesa gimiendo. Miró tras suyo, su pareja seguía barriendo tranquilamente sin darse cuenta en la manera en que maneaba sus caderas a la vez que tarareaba una canción.

- Yamaguchi. - lo llamó neutralmente para no hacer saber su desesperación en el tono de voz. Al parecer el pecoso ni lo escuchaba -

- todos los dias hay que limpiar y siempre hay mugre...

¿O lo ignoraba?

- Yamaguchi...- llamó por segunda y última vez antes de acercarse al pecoso y abrazarlo por la cintura por detrás -

- Espero que esta vez tu...T-Tsukki...¿Que estas haciendo?

- por favor Yamaguchi, déjame llegar más lejos a que unos besos...

- pe-pero... Estamos en la cafetería y... No se si yo...

- No estas preparado, lo sé y nadie lo está en la primera vez, Yamaguchi. Vamos a hacerlo y ahora.

- ¿¡q-que!? ¿Ahora?

- Ahora.

Ni siquiera el pecoso tuvo tiempo de reclamar cuando las manos del rubio ya se encontraban acariciando sus pezones por debajo de la camiseta y ya se encontraba jadeando por lo cálidas que eran sus manos tocandolo. Su mente se nubló completamente, que ni se dio cuenta que el rubio lo sentó arriba de una mesa, desnudandolo.

- a-ahm... Tsukki...

- cuando dices mi nombre me enciende...

No supo contestar contra eso. No sabía que Tsukki tuviera una faceta tan "pervertida" por asi decirlo. Pero fue considerado con el rubio, llevaban meses de noviazgo y no le permitía llegar más de los besos... Quizás necesitaba un premio y su cuerpo y alma serían lo indicado ¿no? Pobre Tsukki... Aguantandose tanto.

- s-si... Tsukki, tocame más. -rodeando los hombros del contrario, sentir la lengua de este lamiendo sus pezones y parte de sus clavículas y cuello, lo hacía estremecerse, le daba cosquillas y los chupones que le dejaba no se iban a ir en unos días. Tomándolo de las mejillas lo miro brevemente hasta unir sus labios en un apasionado beso, donde sus lenguas danzaban para ganar el mando, pero se dejo vencer, estando al merced del rubio.

Ya su desnudez estaba en exposición y no podía sentir el frío, puesto que su amado lo calentaba con solo una mirada determinada queriendo comerlo. Y cálido fue sentir la respiración del más alto sobre su cuello, cuando las manos de él y Tsukki se unían en sus miembros para masturbarse al mismo tiempo. Era tan excitante...

- mnh... Tsukki...quiero que me la metas ya, voy a correrme pronto si sigues así... - dijo entre jadeos sobre el hombro del contrario y no esperó respuesta, ya que los dedos entrando en su entrada le hicieron vibrar todo su cuerpo, olvidándose por completo de donde se encontraban.

Los dedos de Tsukki eran largos, que con dos ya le hacían jadear y pensar que eran embestidas placenteras, pero en unos minutos, ya no tenía dedos dentro, si no una cosa más gruesa haciéndose paso a sus paredes húmedas. Jadeo adolorido, era su primera vez y era con Tsukki, que su tamaño no era pequeño del todo. Se dio un tiempo para acostumbrarse y con sólo unos cuantos besos en la boca, le hizo saber a Tsukishima que se moviera, que tenía el permiso.

Asi la solitaria cafetería se lleno de jadeos intensos, de suspiros y sollozos por parte del pecoso... También de una mesa de madera golpeando el suelo. Se afirmaba con fuerza a la espalda del rubio, queriendo jamás soltarlo y sentir más a fondo sus lentas, dulces, pero a veces rápidas y profundas estocadas dentro suyo. Se sentia tan lleno. Tan amado.

- Yamaguchi... A-ah... Quiero correrme dentro de ti...

- Haz-hazlo... ¡Por favor! - ¿de donde sacó tal coraje y faceta de gata en celo? No lo sabía. Pero aquellas preguntas fueron interrumpidas cuando sintió algo líquido escurrir dentro de él hasta sobresalir en su trasero. Tan... Bien.

Con unos últimos besos, ya recuperados y con la mente fría recordando lo que acababa de pasar, acabaron por reír y terminar en sonrisas satisfechas. Tendrían que limpiar todo de nuevo pero... Valió la pena ser uno ¿no?

- No sabes cuanto te amo Yamaguchi...

- Te amo, Tsukki...gracias...

Después de eso, tuvieron que robar la cinta de las cámaras de vigilancia. Todo por el amor.

💞🥐

Dare el aviso de que escribí una nueva historia ~ de Asahi y Nishinoya <3




Medias lunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora