Tú Mi Perdición

Accidente

Hermione frunció el ceño al leer ese extraño mensaje, realmente debía ser algo malo y urgente, ya que Harry jamás le escribía un mensaje tan directo y seco.

— ¿Sucede algo?— Preguntó Draco curioso por el repentino comportamiento de la castaña.

Hermione nego levemente

— Iré a tomar un poco de aire — se excusó.

Draco hizo el amague de levantarse pero la mano de Hermione lo detuvo.

— Si no te molesta prefiero ir sola— aclaró

Draco la miro extrañado pero sin más asintio y se volvio a sentar.

Hermione le dió un rápido beso en los labios y salio de allí tratando de no llamar demasiado la atención.

Ya afuera busco con la mirada a su amigo azabache, encontrandolo recostado de brazos cruzados sobre su auto color azul oscuro.

— ¿Por qué no me dijiste que Blaise había vuelto?— pregunto Harry con algo de brusquedad.

— No quería preocuparte...no vale la pena— aseguró Hermione

— ¿Que no vale la pena?— cuestionó incrédulo—. Mione, él es un tipo peligroso...por Dios que hubiera pasado si no me enteraba...— jalo su cabello azabache como cuando estaba desesperado.

Hermione tomo la mano de su amigo azabache.

— Tranquilo Harry, el no me podrá hacer daño...cuando me fue a buscar yo..— trato de explicar Hermione pero se vio interrumpida por Harry.

— ¿¡Acaso te fue a buscar!?. ¡Debiste contarme Hermione!— espeto escandalizado el azabache—. Me enteré que estaba en Londres solo porque lo ví saliendo de un bar— añadió Harry un poco más calmado.

Hermione miraba de vez en cuando la entrada del restaurant, debía volver con Draco o sino este la buscaría.

— Debo volver adentro — dijo Hermione mordiendo su labio con nerviosismo.

Harry la observo como diciendo «¿Estas loca?»

— No puedes, Mione. Debo ponerte segura — aseveró el azabache.

Hermione frunció el ceño.

— ¿De que hablas, Harry?— cuestionó Hermione empezando a impacientarse.

Harry la miro fijamente con sus ojos verdes cuál dos esmeraldas, estos detonaban suma preocupación.

— Lo siento, Mione, pero es por tu bien...— dijo el azabache antes de poner en la boca de la castaña un pañuelo con cloroformo.

Hermione intento luchar pero solo logro caer en la profunda inconsistencia.

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Podía sentir que se movía, su vista era borrosa y los sonidos retumban en su mente.

Al enfocar su vista pudo distinguir dónde se encontraba, iban en un auto, para ser más exactos el auto de Harry.

— Harry...— murmuro Hermione

Harry que iba conduciendo el auto, la miro por el espejo retrovisor, sus ojos reflejaban miedo y preocupación.

— Tranquila, Mione...todo estará bien— aseguró el azabache.

Hermione tomo su cabeza con ambas manos, como tratando de disminuir el dolor que sentía, tenía unas terribles náuseas. Ignorando su malestar trato de concentrarse en su amigo azabache que hablaba sin parar.

—  Tengo un amigo en Scotland Yard....el nos ayudará — comento sin apartar la vista del frente.

— Harry...— volvió intentar a hablar la castaña pero le era imposible.

— No te preocupes, no sucederá nada malo...— trato de convencer el azabache.

Hermione logro visluminar por la ventana de lado de Harry, que un conocido Audi color blanco se acercaba a gran velocidad.

Hermione abrió los ojos como platos sintió un nudo en la garganta, era como si viera pasar su vida frente a sus ojos.

— ¡HARRY!— grito desgarradoramente Hermione antes de golpearse la cabeza.

Se sentía aturdida, preocupada y con lágrimas en los ojos observo como Harry estaba inconsciente y la maldita bolsa de aire no se había abierto, provocando que el azabache quedará mal herido. Sentía como un hilo de sangre bajaba por su nariz.

Podía oír el ruido de los autos, los gritos de la gente y como unos fuertes brazos la tomaban bruscamente.

No resistió más cayendo nuevamente en la profunda oscuridad.

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