「27」

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—¿Mal? Dios,Wooyoung,el traje es hermoso,te ves genial—me dijo Seonghwa acercándose a mí.

—Te ves precioso—musitó San,como un escultor admirado de  su propia obra.

—¿Dónde encontraste el conjunto?—me preguntó,maravillado.

—Pues,San... me ayudó a encontrarlo—admití,aunque debería de haber dicho "San lo eligió"

—¿En serio?—se sorprendió—No tienes malos gustos,Sannie—dijo y rió.

—Lo sé.

Me sentí muy observado así que decidí hacerle fiesta al traje que mi amigo  usaba.

—Tu atuendo es...precioso—dije—Morado,claro.Tu color favorito.

Era un traje sencillo pero lindo,en tono morado,camisa negra y una corbata dorada.

—¿Te gusta?—preguntó Seonghwa.

—Claro,se te ve estupendo—reconocí.

A decir verdad,el traje era bastante sencillo,sí,pero Seonghwa tenía ese no sé qué que hacía lucir cualquier cosa gue se pusiera,aún si fuera la prenda más horrible del mundo.

—Entonces,creo que tenemos la ropa—dijo, satisfecho.

Le sonreí, tímido.

—Hwa,no tengo con qué pagarlo—dije,el precio del traje no era para nada barato.

Él explotó en risitas tiernas.

—No seas tonto,Woo,yo los voy a pagar—me dijo.

—¿Qué? No,no,no—negué con la cabeza.

—Claro que sí,y no quiero protestas. Anda,cámbiate para ir a pagarlos—me empujó hacia el vestidor y él cerró la cortina,corriéndola de un tirón.

Me miré al espejo,ahora me sentía peor, Seonghwa era un excelente amigo,¿y cómo le pagaba yo? Enamorándome de su novio.Suspiré y decidí no pensar en ello,¿para qué me hacía más daño? Me despojé del elegante atuendo y lo doblé sobre mi brazo,para salir cuando ya estaba vestido con mi ropa.

Seonghwa pagó ambos trajes y aproveché para agradecerle a San la ayuda.

—Gracias,por elegirme el traje—dije y le sonreí de una forma desconocida para mí.

—De nada,me alegra haberte ayudado.

Me le quedé mirando,justo como él a mí.Su mirada dulce era como una canción romántica en mi alma,de esas canciones que te hacen desear bailar bajo la luz de la luna.

—San,Wooyoung—nos llamó Seonghwa y nos hizo apartar la mirada del otro—Vámonos—sonrió.

Me dio la caja con el traje y San tomó la suya para llevarla él,luego se giró a mí.

—¿Te ayudo?—se ofreció.

—Claro—dije y le di la caja.

Salimos de la tienda,y Hwa tomó la mano de San para caminar hasta su coche.La fierecilla se enfureció por ver el entrelazado de dedos entre ambos.De pronto,deseaba al menos confundirlo,que alguna parte de su cerebro formulara mi nombre junto a una remota posibilidad... al menos.

Pero al instante de que me percaté
de aquello,me retracté velozmente. Esto no debería de estarme pasando.

Sacudí la cabeza como queriendo deshacer esos pensamientos y decidí ignorar todo aquello que la fierecilla me gritaba,aun así yo estuviera de acuerdo.

El chillido de la carne sobre la casuela caliente tronaba en mis oídos y el aroma que éste desprendía hacía que mis tripas se quejaran de hambre.Apenas había conseguido sobrevivir ayer,tenía que admitir que me dolía bastante el corazón verlos
reír y abrazarse,y ni hablar de cómo se me partía cuando se besaban.

Servi la carne bien cortada sobre un plato amarillo que estaba al lado del tazón que tenía arroz,me senté a comerlos,tratando de no traer a mi mente los recuerdos de ayer,porque dolía,de verdad dolía.Cuando terminé de comer,lavé mi plato y salí del departamento,hoy tenía que ir con Yunho a contarle todo,porque aunque
nos lleváramos algunos años de diferencia,nos entendíamos muy bien,su manera de pensar me fascinaba y me dejaba sorprendido,y yo le tenía la confianza suficiente como para ir y contarle mi secreto inconfesable.

Lo saludé en cuanto lo vi, su camisa rosa pastel fue lo primero que capté en la oscuridad del laboratorio antiguo,pero luego su cara de ángel atrajo mi atención.

—Me tienes abandonado—me dijo,bromeando.

—Lo sé,lo siento.

—¿Trajiste material nuevo?—me sonrió,entusiasmado.

—No,en realidad no traigo fotos ahora—vacilé—La verdad tengo algo que contarte.

—¿Mingi preguntó por mí?—sus ojos destellaron de encanto.

Reí.

—No,la última vez,pero sí lo hace.

—Oh—musitó.

—Vayamos a tomar un café,¿quieres?

—Claro.

Salimos y recorrimos algunas calles, hasta que nos sentamos en un café cercano.

—Bueno,dime,que me estoy muriendo de la curiosidad—me instó, palpándome el brazo.

Sonreí nervioso y la expresión me cambió al instante.

—¿Por qué esa cara?—me preguntó,preocupado.

Pensé qué decirlo así,sin tantos rodeos,era la mejor opción,así que hablé rápido y sin tropiezos.

—Estoy enamorado del novio de mi mejor amigo.

—Estoy enamorado del novio de mi mejor amigo

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Dios,de veras,hoy tengo muchísimas ganas de escribir,no prometo un tercero hoy,pero no se sorprendan si lo hago 😎👌🏼

𝐄𝐋 𝐌𝐀𝐍𝐔𝐀𝐋 𝐃𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 | woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora