4.Bruja.

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CAPITULO 4

—No lo sé—me rasqué la parte trasera de la cabeza evidentemente nervioso, ella hacía las preguntas más raras—¿Quieres algo para el dolor de cabeza?—dije cambiando de tema.

—Sí, estaría bien.

Asentí antes de salir de la habitación. Bajé las escaleras corriendo para llegar a la cocina. Busqué entre los cajones hasta encontrar algo, vi a mi abuela preparando algo de comer en la estufa y le informe sobre el estado de la chica, salí corriendo de regreso a la habitación. Mis ojos se abrieron con sorpresa al abrir la puerta y ver la cama totalmente tendida y la habitación sin ningún rastro de la chica. Comencé a cuestionar mis capacidades mentales y sinceramente pensé que no se había tratado mas que una macabra ilusión.

—¿Dondé estás?—grité.

—Aquí—la chica salió del baño envuelta en una toalla blanca que dejaba ver sus desnudos hombros y sus piernas temblorosas del frío. Su cabello rubio estaba mojado al igual que el resto de su cuerpo. Por primera vez en la vida mi respiración se agitó al máximo y casi deje caer las pastillas y el agua.

—¿Tomaste una ducha?

—¿No es obvio?

—Hace mucho frío.

—Usé el calentador de agua—hablaba con una enorme sonrisa.

—Ah, dejaré el calmante en la mesita y saldré para que te vistas.

—No tengo con que vestirme, ¿Será que puedes buscar algo?

—Veré que encuentro.
Fui hasta la habitación de mi madre y busquÉ algo de ropa que de seguro le quedaría grande a la chica.

—Fue lo único que pude encontrar—le pasé el montón de cosas y me dispuse a salir de la habitación.

—¿Donde vas?—gritó cuando yo estaba a mitad de camino.

—Te dejaré para que te vistas.

—Quedate...

Me giré hacia ella y ella dejó caer su toalla dejando ver su cuerpo desnudo, casi se me caía la cara de la verguenza nunca me hubiera imaginado que fuera a hacer eso ¿qué persona normal se desnuda frente a un extraño solo porque sí?

—¿Me ayudas?—dijo de espaldas a mi luego de pasar la camiseta por encima de su cabeza, no tenía idea de que hacer, me obligué a reaccionar y caminé hasta la chica para ayudarla a comodar los broches, hasta ese momento eso era lo único que cubría su cuerpo. Terminó de vestirse mientras yo trataba de desviar la mirada pero mis ojos solo querían mirarla a ella y mis mejillas enrojecían cada vez que lo hacía.

—Gracias—dijo luego de tomarse el calmante.

—¿Te sientes mejor?—hablé mientras me sentaba en la cama.

—Un poco ¿Donde está mi auto?

—Mis amigos fueron a buscarlo con una grúa, luego podremos ir por el. ¿Quieres hablarle a tus padres para que vengan por tí?

—¿Mis padres?—hizo una pausa y comenzó a caminar por la habitación hasta quedar frente a una de las ventanas de cristal—¿Quieres que les hable a la razón por la cual salí huyendo?

—¿Escapaste de tú casa?—Ella estaba de espaldas a mí con la mirada fija en la ventana.

—Si, esa es una de las cosas de las cuales escapé, de mi casa, mi familia...Mis "Amigos"—hizo las comillas con los dedos—Pero hay una cosa de la cual nunca voy a poder escapar por más lejos que corra.

MELINA (Concurso Books)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora