🐈Parte doce:

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—Al final terminaron informándonos acerca de los nuevos trainees. —balbució Taehyung dándole un mordisco a la rebanada de pizza en tanto finaliza de relatar la historia de cómo se enteraron del nuevo grupo en la empresa.

—Al parecer lo querían ocultar. Bah. —dijo Jungkook, sacándose los zapatos y subiendo los pies al diván. —¿Es feúcho no crees? Bang PD nos dice todo, ya que somos de confianza. Pero ahora con este nuevo presidente de CEO, nos ocultan quizás hasta fechas que han programado para próximos conciertos. —se quejó además, tomando otra tajada de pizza.

—Vaya... No espere esto. —habló después de un extenso silencio Kim Seokjin, llevándose la taza con café humoso cerca de sus orondos y hermosos labios de tono cereza. —Cuando me llegaron los papeles de restauración de contrato, traía escrito que sería maquillador de los nuevos trainees, ya que, por confianza y ser el líder —las últimas palabras las expulsó con retintín. —Debo manejar el nuevo maquillaje por posibles alergias de piel.

—¿Y no te ha importunado la carga? —abrió los ojos Taehyung. Para él, tener nuevos trainees no era desagrado. Lo inverso, tendría pequeños dongsaeng con los cuales podría conversar para instruir en lo que precisarán.

—No, ¿Por qué lo serían? Lo único que me molesta es que ese hombre se sienta muy superior. —arrugó la nariz, dándole por fin un sorbo al café.

—Pues a mi igual. —bufó Jungkook. El ser Hyung de nuevos chicos que estarían caminando por los mismos pasillos que él le agradaba, pero no le agrado para nada que se lo encubrieron. —Espero que Bang PD nos explique algo de este asunto.

—Lo hará. —intervino Hoseok. Él había persistido con la conversación, solo escuchando y si era necesario, interrumpiendo. —Ahora que sabemos con más detalles, no nos negara la conversación. De todos modos, quien lo hizo al principio fue el mismo presidente del CEO.

Después de la reunión y conversación con el trío, decidió retirarse. Expresando con ternura de que se cuidaran mucho y que no contrajeron ninguna enfermedad. Les mando un beso que voló desde el auto de su pareja a la puerta de la casa donde suponían ,que nadie sabía de su existencia.

Al llegar al apartamento de Kim Namjoon, se tomó su tiempo en la ducha luego que el aludido saliera con unos pantalones de pijama y una toalla sobre sus hombros. En el camino, dentro del auto, le comentó las tensiones que estaban sobrellevando los pobrecitos de sus rorros. Y entre más fans había en su pequeño grupo de tres, también recibían más haters.



"—¿Tienen problemas de bajo autoestima, depresión u algo por el estilo con estos comentarios maliciosos? —curioseó cuando su chófer se detuvo en el semáforo rojo.

—Al principio sí. —bajó la cabeza a sus manos, que jugaban encima de su regazo. —Ser estrella ídolo te convierte en el foco de las cámaras y periodistas que desean sacarte información personal.

—Entiendo. —asintió Nam, colocando su mano sobre las de Seok.

—Y aunque, a veces tienden esos bajones por palabras tan duras en las redes sociales, también se alegran de que estos mensajes se vayan desapareciendo con nuevos mensajes repletos de amor. Es por esto por lo que no los he vuelto a ver desanimados. —alzó la mirada.

—Eso me alegra. Pero en cualquier estancia, pueden visitar la clínica de mi madre para hablar. Sin embargo, el único consejo que podría darles yo, pero en tu propia boca es: ámate primero a ti mismo que a las demás personas. Porque amarse a uno mismo es la manera de contrarrestar las malas palabras, las acciones de los demás. En cambio, despreciarse a uno mismo y no amarse, y amar a alguien más, le tomas más importancia al qué dirán. "



Con la toalla grande seco su cuerpo con cuidado, colocándose en un santiamén el pijama que solo era una camisa larga de mangas cortas y un short arriba de las rodillas. Con otra toalla pequeña sobre la cabeza fue secando su cabello, al mismo tiempo que caminaba a la habitación de su pareja.

—¿Cómo están tus gatitos? —preguntó Nam al sentir que al lado la cama se hundía por el peso del contrario.

—Muy bien. —sonrió. —Hace poco los vi...—se ruborizo. —Jimin le daba piquitos a Yoongi en los labios mientras era sujetado por la cintura.

—Aw... Piquitos, que ternuras...-¿¡Ha!?—se atraganto con su propia saliva al escucharlo. —¿Ellos...?

—No lo sé. No me han dicho nada. —volvió a sonreír con suavidad. Acomodando la sábana en su cuerpo. —Cuando los observé, solamente salí de estar en el marco de la puerta, a la cocina para hornear galletas y luego llamarlos.

—Yo también quiero galletas. —puchereó NamJoon, girándose a su novio que le regresaba la mirada con un brillo en sus ojos.

—¿De verdad?

—¡Sí! ¿Por qué no me creerías? —se acercó al cuerpo del mayor, tomando su mano que se presionaba contra el colchón.

—No es eso. —negó con afabilidad. Pocas veces Namjoon se comportaba de tal manera. —Mañana tendremos que salir a un autoservicio para comprar ingredientes... Y tú dijiste que no pretendías salir.

El menor se detuvo antes de hablar. Era cierto, él había dicho que quería pasar todo el día con su Hyung en su descanso, aprovechando igualmente a robar unos cuantos besitos que no se habían dado por los últimos ajetreos en su trabajos. Él siendo compositor, y su pareja maquillador profesional de ídolos.

—Entonces saldremos. Quiero galletas de Hyung. —aseveró, inclinándose al antedicho. —Te amo...

Las últimas palabras lo aprehendieron en sorpresa, sonrojándose.

—Y yo a ti. —sonrió parcialmente, ya que Nam se acercó y besó sus labios.

Luego de una sección de vehementes besuqueos, ambos decidieron dormir.

—¿Apruebas la relación de tus gatos? —cuestionó de la nada NamJoon.

—¿Por qué no aprobaría la relación? Después de todo, ellos se tienen el uno para el otro. Como nosotros. —sonrió.





Nota 2021: En esta semana terminare de subir los capítulos...

¡Mis gatitos! ☪ y,minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora