🐈Parte catorce:

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—Quiere decir, ¿Qué están listos para confesar? —acarreó la taza con té a sus labios, mirando con suma curiosidad a los dos hermosos gibridnyy.

—Sí. —dijo un tanto insolente Yoongi, con la espalda recta y tomando de repente la mano de Jimin. —Supongo que ya lo sospechabas desde hace tiempo, ¿no?

«¿Desde hace tiempo? Puff. ¿Por quién me tomas? Lo sé desde que se volvieron humanos de la nada con colas y ese par de orejas. »

—Jum. —más solo hizo un sonido de garganta.

—Sentimos no comentárselo antes, Hyung. —esta vez habló Jimin, con mejillas ruborizadas. —Pero no estábamos del todo seguro si era bueno decirte o no... ya que no queríamos que te lo tomaras a mal.

Arqueó una ceja al escuchar a su tierno Mochi.

—¿Por qué me disgustaría? Estoy bien que se enamoren entre ustedes o de otros. Yo no puedo interponerme en una relación. No cuando esta tiene fundamentos sinceros. —suspiro. Bajó la taza al regazo. —Nam me comentó que Yoongi se volvió muy bueno en composiciones y tal vez, a producir música, que tiene talento. Pero primero que nada, me gustaría que terminarán las clases de preparatoria y estudiarán la Universidad en línea. No quiero forzarlos a trabajar, pero tampoco les puedo negar a que pretendan descubrir más allá de la puerta con esa figura. —respiró.

Los ingresos económicos de Kim Seokjin no eran ni bajos ni altos. Eran constantes, permitiéndole pagar un apartamento en Seúl. Y eso estaba bien para él. Después de todo, Jimin y Yoongi no comían comida humana a menos que estuvieran con esta forma gibridnyy como decía la carta. Sin embargo, la mayoría de las veces le decían que se sentían mejor en su forma felina al dormir.

—Quiero que sean felices, y a pesar de que en los días ha habido cambios en la casa. No quiero que se vayan. He convivido con ustedes dos hace años, y ahora podría decirles que son como casi unos hijos para mí. —acabó confesando, observando las expresiones de ambos jóvenes.

—No le des muchas vueltas al asunto Hyung. Nadie está diciendo que se marchará. Solo te queríamos decir que estamos formalizando un noviazgo. —refutó Yoongi.

Jimin le dio un manotazo a Yoongi al escuchar el modo con el que se expresó.

—No seas grosero. Entiendo a Hyung. Y como dice Yoonnie, el hecho que queramos ayudarte no quiere decir que nos marcharemos. ¿A dónde lo haríamos? Después de todo, nuestras familias están divididas alrededor del mundo. No se sabe dónde o cuándo podríamos encontrar a alguien con los mismos rasgos de un gibridnyy. Sería como buscar una aguja en un pajar. —sonrió dulcemente. —Queremos tu aprobación, porque después de tanto, eres como nuestro padre... Aunque suene un poco raro.

SeokJin asintió.

—Por supuesto que tienen mi aprobación. Reiteró, quiero que sean felices. Si ustedes lo son, yo también lo seré. —volvió a sonreír.

Posteriormente a esa larga conversación, se mantuvieron con tres tazas de porcelana rebosando de café y otras de leche acompañadas de galletas; pasaron a jugar cartas. Kim Seokjin mantenía movimientos sutiles y muy envueltos en hábiles barajas de cada carta, repartiéndolas a los adversarios. Antes de todo, les explicó cómo iba el juego de póquer, las escalas, los tríos, las parejas, el full con la combinación de una pareja. El póquer como podría funcionar, y cuál podría derivar a otro si salía de la nada.

Los tres mantenían un semblante serio, leyendo el juego entre las cartas.

—Quiero dos —pidió Yoongi, lanzando las inservibles.

SeokJin dejó a un lado las suyas, tomando el cuerpo de las otras y sacando dos para Suga sin echar un vistazo. Y antes de volver a ver su juego espero a que Jimin también pidiera.

—¿Se pueden votar todas? —reprimió una risita.

—No se puede. —movió la cabeza de derecha a izquierda. —Lo que puedes hacer, es quedarte con una y votar las otras cuatro.

Jimin como que lo pensó un rato y observó las cartas en sus manos. ¡Ningún buen juego había caído! Torció los labios en disgusto y se quedó con solo una carta «un rey».

Al ver su expresión, SeokJin bufó. No podía ayudarle a pesar de la anterior y gran explicación que les dio. Barajeo nuevamente las cartas y le tendió cuatro a Jimin. Ya al final, sólo pidió una para él.

Y de nuevo, sus semblantes se volvieron serios.

—¿Quién es el primero en mostrar?

—Mano. Tú eres el primero. —ladeó los labios con sorna.

—Tks. Pensé que tú eras el primero.

—Cuando lo pides de esa forma, es claro que quien debe mostrar el juego eres tú, por ser el primero en darlas.

Yoongi chasqueó la lengua contra el paladar, bajando el juego a la mesa. Un full de sotas se expuso, siendo estos los que lideraban las cartas, ya que el par solo eran dos simples seis.

—Es tu turno.

—¿Quieres mostrar tus cartas antes, Mochi?

El mencionado paseó la vista entre sus dos Hyung.

—Espero que su bolsillo de aquí en adelante soporte el desligamiento de los billetes. —habló a medida que dejaba las cartas encima de la mesa.

¡Un póquer limpio de cuatro ases!

La boca de Yoongi y SeokJin se entreabrió.

Había pensado que él iba a ganar con su juego de cartas, ya que logró obtener una escalera francesa. Pero Jiminie fue el que terminó concluyendo el juego con uno de los mejores de la noche.







Aclaración: En sí, las reglas no son del todo de esta forma al jugar póquer. Es solo como a mí me empezaron a enseñar.

Dos capítulos + final.

Muchas gracias por leer esta historia hasta aquí. Sinceramente hubo un momento en que si la iba a dejar, pero no lo hice y preferí terminar. Gracias por el apoyo, mucho amor para ustedes y un gran abrazo a la distancia. 💗

—Mer;

¡Mis gatitos! ☪ y,minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora