ᑭOᗯEᖇᖴᑌᒪ EᑎOᑌGᕼ

36. Planeta

El planeta era hermoso, no podían mentir. Quill notó con gracia lo fascinado que el Stark había quedado con todo aquello.

Claro, era un lugar que a simple vista parecían paisajes terrestres, pero apenas le ponías atención a los detalles te dabas cuenta que era un lugar de absoluta fantasía, como sacada de un cuento de hadas.

Samay, Cephei y Adome estaban más entusiasmados por ver las burbujas. La mayor de ellos parecía querer perseguirlas.

"¿Te diviertes?", preguntó el pelirrojo hacia el castaño en un susurro muy bajo cuando quedaron detrás de toda la 'fila'.

"Nunca me dijiste que el planeta era así de bonito, dame un respiro, ¿si?", susurró de vuelta el Stark.

Al momento de entrar a aquel 'castillo', todos quedaron admirando la estructura, claro que Quill sintió un escalofrío horrible por toda la espina dorsal, que tuvo que ocultar y forzarse a entrar y escuchar de nuevo toda la explicación.

Quill sintió muchas náuseas por tener que fingir sorpresa cuando le contaba la historia, que no eran más que mentiras.

Ahora veía lo obvio del momento. Si era un celestial que ha vivido tantos años, es muy raro que sólo con su madre haya sentido el amor.

Además de que tenía que aguantarse las ganas de golpearlo allí mismo aunque sabía que no lo lograría asesinar.

Tony intentó quedarse lo más cerca que le permitía la situación, para recordarle que no estaba solo.

Esos días en la nave luego de la derrota de la guerra del infinito, ambos se habían contado sus pasados. Especialmente de lo mucho que amaron a sus madres y lo mucho que odiaron a sus padres.

El Stark había sentido mucha pena por aquel pelirrojo entonces. Sí, odió a su padre la mayor parte de su vida y su madre no lo defendía de los abusos psicológicos, pero al menos su padre no era un desquiciado que intentaba esparcir una especie de virus con los demás planetas para que fueran como él, y tampoco su padre le puso un tumor cerebral terminal a su esposa para luego obligar a su hijo a apoyar su causa.

Era una lástima que el viejo fuera tan maldito, si él estuviera del lado cuerdo, hubiera servido mucho en la guerra contra Thanos.

Quill acabó por tener que pasar tiempo de 'padre e hijo' con el viejo, mientras el resto del grupo paseaba alrededor o descansaba en el 'castillo'. 

Claro que Tony estaba de los nervios por dejar solo a su amigo, y se le notaba.

"Jarvis, ¿qué están haciendo?"

"Según lo que he escuchado y analizado, están jugando a atrapar y lanzar una bola de energía celestial, señor"

"Joder"

"Oye Ferrlasath. Relájate un poco, ¿si?", exclamó Adome a lo lejos al ver que el castaño se movía de un lado a otro, bastante perdido en sus pensamientos.

"Estoy relajado", respondió el Stark de vuelta.

"Pff, sí claro", carcajeó Rocket.

Tony intentó distraerse un poco y notó que Nébula estaba sola mirando el paisaje a varios metros del grupo. Así que optó por acercarse, lo sintió casi como una obligación.

"Hey", dijo el hombre suavemente. Ella lo miró seria, más no con tanta frialdad como era de esperarse. "¿Puedo sentarme?", la cyborg no le respondió, lo miró unos segundos más, agachó la mirada y luego giró su cabeza para seguir mirando el paisaje. El castaño lo tomó como afirmación, así que se sentó al lado de ella en esa especie de banca de piedra. "¿Estás bien?"