capítulo 11

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Pov. Hanamaru.

Ya no podía seguir repitiendo esto, estábamos cansada de ser tan torpe como para dejar morir una y otra y otra vez a la chica que amo.

Me había rendido.

-vamos, estoy segura de que debe haber algún...- sin dejar terminar su frase a Mari inconscientemente comencé a gritarle.

-¡NO LO ENTIENDES!- golpeé la mesa antes de mencionar aquellas palabras.
Las demás chicas tenían una mirada trizte. Reaccioné a lo que había hecho- lo siento...

-no te preocupes, te entendemos...- me dijo Mari volviendo su vista al café para después tomar un sorbo de él.

-es demasiado para mi...- me puse a pensarlo unos segundos, toda la tarde las chicas habían intentado convencerme de que podría haber un multiverso en el que pudiera salvar a Dia, pero ya no me quedaban esperanzas- será la última vez que lo haga, así que si no funciona...- antes de que terminara de hablar Kanan me abrazó fuertemente, mientras yo escuchaba sus sollozos

-gracias...- dijo. Era la primera vez que escuchaba a Kanan abrirse de esta manera a alguien. Las demás chicas se acercaron a mí y también me abrazaron, provocando que unas cuantas lágrimas salieran de mis ojos.

Ahora no sólo por mí, también por ellas es que tengo que lograrlo, esta vez lo haré bien, esta vez te tendré de vuelta.

Las demás salieron de la habitación para que pudiera salir todo bien. Tomé aire y cerré los ojos como de costumbre...

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-¡no! ¡Dia!- escuché tres disparos retumbar en mi cabeza mientras abría los ojos lentamente y veía a mi novia mirándome con preocupación.

-¿otra vez ese sueño?- me preguntó intrigada.

-si... Pero, es demasiado real y...- me interrumpió antes de poder continuar

-tranquila, yo sigo aquí- me abrazó- ¿lo vez?- empecé a llorar, he tenido el mismo sueño casi todas las noches y es algo horrible, ver repetidas veces morir a la persona que amas, es tan real para mi.

-si...- me sequé las lágrimas y me levanté de la cama, sentandome en la orilla.

-¿qué tal si hoy desayunamos fuera? Para que despejes tú mente- me dijo sentándose a mi lado y acariciando mi mejilla, yo le sonreí asintiendo con la cabeza. Nos bañamos y vestimos para salir, siempre íbamos al mismo lugar, para ayudar a nuestras amigas con la venta.

Pero entonces reaccioné.

Mientras caminábamos jalé el brazo de Dia, haciéndola voltear bruscamente.

-¿qué pasa? ¿todo está bien?- me dijo con preocupación.

No tenía dudas, esta era mi realidad, esta era mi Dia y justo hoy es cuando la perderé. De alguna manera logré regresar el tiempo, no se cómo pero ya después tendré que pensarlo.

-Dia... Eres... Eres tú- le dije observándola de pies a cabeza mientras unas cuantas gotas caían de mis ojos.

-bueno... Si ¿o quién se supone que debería ser?- contestó con una pequeña sonrisa.

-¡Dia! - la abracé como si desde hace tiempo que no la hubiera visto, y así lo sentía. A pesar de poder verla al viajar a otros universos no era lo mismo que tener a mi Dia, a la que yo conocía, de la que me había enamorado.

I Will Never Let You GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora