Capítulo 12

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Lo primero que se me ocurrió fue ir hasta la casa de Francisco, muy sigilosamente me asomé a observar por
la ventanilla y lo vi durmiendo, se veía tan amable, abrí su puerta con una herramienta que traía, camine hacia el
cuarto de sus padres y me senté a mirarlos durante un rato, luego puse la navaja en su cuello y se lo clavé hasta
atravesarle toda la cabeza y partirsela a la mitad, la madre no se había dado cuenta, asi que le puse una cinta en la
boca y la desperté, quedo con los ojos inmóviles al contemplar la imagen de su esposo, le agarre del cuello y la
hice desmayar, la ate y corte lentamente sus dedos, sus brazos y sus piernas, después fui al cuarto de Francisco y
lo cargue hasta donde estaba su madre, quedó en shock y comenzó a gotear en lágrimas, fui a donde estaba su
madre y la despedace completamente hasta que tan solo se podían observar pedacitos de un tejido que antes fue
algo;¿Porque haces esto?–me pregunto Francisco desesperanzado de la propia existencia y le respondí–Es
satisfactorio, le dije que salga y lo lleve hacia el garage,¿Que quieres hacer aquí?–me pregunto y le dije que suba
al auto, –Ahora dirígete a una zona completamente aislada de la ciudad, eso sí, la que tu mas desees, fuimos a un
bosque en el que no llegaba ni un minúsculo reflejo de luz, lo lleve a un profundo pozo que encontre, se puso a
gritar y corto mi paciencia, asi que aprete mi cuchilla dentro de su ojo y lo explote, se quedó callado y le
pregunte– ¿Quieres dar una caminata? Y me respondió que sí, lo tome de la mano y fuimos todo el viaje sin
pronunciar una palabra, quizas el no hablaba por miedo o porque se arrepintió realmente de lo que había hecho,
regresamos al pozo y lo tiré, sin sus brazos y piernas, fui a su casa y la incendié. Regrese al dia siguiente y me
miró con mucha culpa, le meti una rata hacía dentro de su boca hasta que terminara de tragarla, subí y traje
pinzas, se las coloque en todo su cuerpo, le pregunte —¿Que quieres hacer de tu vida ahora? ¿Cual es tu razón de
existir? Y me respondió—Ser castigado por ti, mi dios.
Luego me fui a mi casa a bañarme con un placer que rápidamente me condujo al aburrimiento, salí de casa y
me subí a un autobús, fui a la casa de Elizabeth, estaba metida en su pileta con la mirada perdida viendo la
naturaleza, me encantaba todo en ella. La secuestre y la lleve al mismo bosque en el que había torturado a
Francisco, le dije —Estoy enamorado y me respondió– no se quien eres, pero para con esto por favor, nunca va a
funcionar. Estaba harto, la tome de la mano y la besé, ella me dijo–no te amo y nunca lo voy a hacer. Ella siguio
besandome, me desnudo y lo hice. Me volví a sentir satisfecho pero esta vez con una mezcla de vacío, ella estaba
enamorada de su novia. La lleve a su casa y le dije — muchas gracias, fue el mejor dia de mi vida y me sonrió.

El círculo del ermitañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora