TRES

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¿Intimidante?

Baby, cause in the dark you cant see shiny cars.
Sonó umbrella como tono de alarma, haciéndome saber que ya era lunes, si señores, el peor día de la semana. Me obligue a levantar de mi deliciosa cama, dejándola solita y calientica.

Adiós, hermosa cama, hasta por la noche.

Hice mi rutina de la mañana como todos los días, bueno, por eso es rutina obviamente, me dirigí hacia la cocina a hacer mi desayuno cuando una voz interrumpió mi silencio.

-Señorita Megan, me sorprende verla tan temprano por acá – dijo el señor Damian con una taza de café en sus manos, valla, entiendo de donde salió Aaron, tenia un gran parecido a su padre.

-Que puedo decir, el que madruga Dios le ayuda – El señor Damian asomo una sonrisa.

-No tengo duda – hizo una pausa tomando de su café y continuó- fue un gusto verla señorita, el deber llama.

-Si señor – el asintió y salió por donde había entrado dejándome en mi silencio otra vez.

Continúe haciendo mis huevos fritos y mi jugo de naranja para luego sentarme en el comedor que había en la cocina y proseguir a comer.

-Lo cereales son mejores – dijo una voz entrando por la cocina.

-Ajam. – seguí comiendo.

-¿despertamos en el lado izquierdo de la cama o que? – perfecto, hasta tenia que arruinar mi desayuno.

-Si viniste a amargarme el desayuno, felicitaciones, lo lograste. – dije tratando de sonar feliz.

-Eyy, yo solo dije que eran mejores los cereales, ¿hay algo malo en eso? – oh si, tu.

-Como sea – cogí una cucharada tan grande que mi boca quedo casi a reventar, por Dios, era una maleducada.

-Eyy, tranquila, nadie te va a quitar la comida. – dijo soltando una risa sentándose en el comedor conmigo, el sonido de su risa era suave y ronca, algo que me pareció aún más atractivo, todo en el era atractivo.
- No pude contestar ante eso ya que como pueden ver tenia la boca repleta de comida.

Pase toda la comida y dije- bueno, diría que fue un gusto hablar contigo pero…. – puse cara pensativa mientras en me miraba concentrado – no puedo..

Levanto la ceja y prosiguió – que original

-Lo se – me levante y deposite mi plato en el lavaplatos y gire sobre mis talones hacia mi habitación, dejando a Aaron solo en la cocina.

El día transcurrió en una ola llena de responsabilidades y aburrimiento, tenia muchos trabajos por parte de la universidad y una parte de mi extrañaba mucho la compañía de mi madre, por cuestiones de trabajo se había marchado a otra ciudad y yo no podía dejar la universidad, así que como mi madre y la señora Esther eran tan amigas, ella se ofreció a cuidar de mi, no es porque no pueda cuidarme yo sola, si no que me iba a quedar muy difícil trabajar y estudiar a la vez y no solo eso, no me iba a alcanzar el sueldo.

Se preguntaran cuanto tiempo me quedare en la casa de los Baker , bueno, por lo menos un año, hasta que vuelvan a reasignar a mi madre de vuelta acá.

11:25 pm.

Me levante perezosamente de mi cama y salí de mi habitación, iba caminando cuando notó que una morena esta sentada con un portátil en las piernas, nunca la había visto, pero…espera, si la había visto.

Aclare la voz tratando de llamar su atención. La morena voltio y puso su mirada en mi.

-Hola – dije una vez teniendo la atención de ella.

Aaron - En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora