SEIS

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El despertar.

Caminaba junto al chico con que me había tocado compartir la cama y no como hubiera querido.

¿Que? Ya andas de perra.

Le agradecía a mi conciencia que me recordara que solo era el típico chico que hacía llamar la atención para sentirse importante.

No pude evitar sonrojarme al acordarme de lo cerca que estuve de sus labios al despertarme está mañana y más con su mano en mi cintura.

Cómo si hubiera escuchado mis pensamientos, Aaron me miró divertido.

- ¿Recordando o admirando? - se burló.

- Ninguna.

- ¿Segura? Tu cara está hirviendo como está mañana y no me siento cómodo siendo violado con la mirada. - el vivía siendo acosado visualmente y se queja de que yo accidentalmente pase mi mirada por sus músculos bien formados, su abdomen que me provocaba lamerlo como a un chocolate, la v que se le formaba en el abdomen bajo y se ocultaba bajo la toalla junto a otra cosa que me causaba curiosidad.

¿Con que accidentalmente?

Fue accidentalmente.

- calla, solo estas disfrutando la situación. - respondí, claro que la estaba disfrutando, como dije "le gusta ser el centro de atención"

Arrogante.

- ¿hay un modo de arreglar todo, sabes? - sonrió.

- ¿A que te refieres? - que no sea lo que estoy pensando. El se quedó pensando unos segundos.

- tu sabes, yo entre tus piernas, tu gritando mi nom...

- ¿Que? - interrumpí. ¿Me estaba proponiendo acostarme con el? Claro que sí, me veía cara de puta.

- ¿Quieres que lo repita o que te lo muestre?

No puedo con tanto.

No podía soportar a semejante idiota, así que decidí ignorarlo y seguir caminando.

Ignora también la incomodidad entre tus piernas amiga.

Yo entre tus piernas y tu gritando mi nom..

Nombre

Pase saliva al experimentar como me puso esas palabras, quería callar a mi lado moral y decirle que si pero me respetaba a mi misma y eso no cambiaría.

- ¿Que pasa Moretti? ¿No te gusta lo que te hago sentir? - sentí su aliento en mi nuca y poniendo sus manos en mi cintura haciendo detener mi paso.

Me estremecí con su simple toque pero no sé lo dejaría ver. Cogí mis ovarios, gire y lo encare.

- Baker, eres solo físico, nada más, no vales la pena. - puse mi mano en su abdomen y lo sentí poniéndose tenso. Sonreí para mis adentros al saber que tenía el mismo efecto mi toque como el lo tenía en mi.

- tengo hambre Baker y no precisamente de lo que me quieres dar. - interrumpí la tensión que había crecido.

- Te haces la difícil ahora, pero todo tu cuerpo grita porque te toque. - estaba hablando pura mierda. - vamos a comer, también tengo hambre. - siguió nuestro camino.

Valla mequetrefe con que me tocó vivir.

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Max y Sam me examinaban de arriba hacia abajo, me estaban ayudando a elegir un vestido para el pequeño evento que harían los Baker en su hogar. Yo porsupuesto no quería asistir porque no quería estorbar pero Esther me insistía que en que yo era como su hija y por lo tanto me quería allí.

Aaron - En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora