Adiós tranquilidad.

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Me levante al lado de Hermione y tome mis cosas y salí de esa sala común. Camine por los pasillos con ese ridículo pijama de ositos que ya devolvería a la joven Granger. Tenia algo de miedo, Sirius Black había entrado en Glyffindor y exactamente al cuarto de Harry Potter. ¿No era demasiada coincidencia? ¿Y si quería vengarse por matar a su señor? Al menos por lo poco que sabia de su condena mato a miles de personas y por lo tanto seguía a quien-no-debe-ser-nombrado. Daba miedo, todo el mundo decía que Hogwarts era el sitio mas seguro después de Azkaban pero Black había conseguido escaparse de uno de esos sitios y entrar en el otro sin ningún problema. Entre en mi sala común y me enconte con Theodore Nott leyendo un libro con unos pantalones de rayas y una camisa blanca de tirantes. Alzo la cabeza y me miro de arriba a abajo y yo me moleste, seguro que piensa que soy una idiota. Tengo unos pantalones de ositos y no se me ocurrió otra cosa que traerlos sabiendo como eran todas las serpientes. Yo me muerdo el labio sin saber que hacer y pienso en algo para salir de este bochornoso encuentro.

-No sabía que te gustara tanto leer - Este se encogió de hombros y yo suspire.- ¿Que lees? ¿Cómo ser un chico guay y llevar gorra en los interiores? -Este sonrió de lado y negó con la cabeza.

-Casi, pero no. Estoy leyendo como matar a un ruiseñor. -Me quede helada y me senté enfrente suyo sonriendo en esto. Me caía bien ese chico pero ahora creo que me he enamorado, amaba ese libro y puede que fuera  mi favorito si no existiera las múltiples poesías de mi amado Bécquer.

-Me encanto ese libro la verdad. Yo te recomiendo cumbres borrascosas, es un amor entre distintas clases. -Dije en esto y así comenzamos a recomendar libros y dar nuestros distintos puntos de vista. Reíamos y tomábamos jugo de calabaza que había en la mesita al lado del sofá de cuero negro. Cuando estaba súper emocionada porque habíamos llegado a hablar de Orgullo y prejuicio un grito proveniente de la habitación de Theo, Malfoy y Goyle nos llamo la atención. ¡MIERDA MALFOY! Yo salí corriendo a mi habitación dejando a un Theo confuso. Me cambie rápidamente sin despertar a ningunas de mis compañeras y salí corriendo para ir al Gran Comedor. Me había olvidado de que tenia tinte en su champú, mierda seguro que sabe que he sido yo. Cuando llegue al Gran Comedor apenas había gente y yo solo me sente en la mesa de Slytherin hasta que llegó Dapnhe.

- Dentro de semanas iremos a Hogsmeade... Que ilusión, es nuestro primer año para poder salir de estas cuatro paredes. - Yo le Sonreí nerviosa y comenzamos a hablar de con quien íbamos a ir.

Yo ni sabia con quien podía ir, vale el trio de Oro era mi amigo peor tampoco era plan de acoplarme siempre. Dapnhe iría con Parkinson, Zabini, Malfoy y Theo. Sería un buen plan ya que de todos esos me caían bien dos, uno lo soportaba y a los otros los odiaba. Compensaría, mis pensamientos y el monólogo de Dapnhe fue interrumpida por un Malfoy con cejas rubias y pelo pelirrojo. Trague saliva y comence a reír y con esto todos los Glyffindors y parte de los Ravenclaws. Las lágrimas se me salían de los ojos y casi todos los Slytherin se me quedaron mirando aguantando la risa ya que incluso los de cursos superiores temían a Draco Malfoy. Este cabreado se acercó a mi y dejo el vendaje de su brazo por un lado y me tomo de las piernas para alzarme sobre su hombro como un saco de patatas olvidando el dolor de su brazo. Y así sin mas se fue del Gran Comedor dejando una escena bastante cómica aunque yo sólo gritaba que me soltara. Pase de esa fase a comenzar a insultarle mientras el solo caminaba y después comencé a golpearle hasta que me rendí. Me di cuenta que habíamos entrado a nuestra Sala común y después hasta su habitación. Me sonroje sin poder evitarlo y este me bajo pero antes de que pudiera golpearle me tumbo en el suelo y se puso encima mía a la par que tomaba su champú. Oh no, oh no, eso si que no. Comencé a gritar mientras este me ponía el tinte instantáneo. Tras unos minutos en los que el me sujetaba mi cabello comenzó a volverse pelirrojo y el sonrió sadisfecho. Se acerco a mi sonriendo de lado y pude notar que solo nos separaban dos centímetros y comencé a respirar extraño. Este lo noto y sonrió de forma torcida, acababa de demostrarle que hasta a mi me ponía nerviosa. Coloco mis manos sobre mi cabeza ahora pelirroja y sonrió para acercarse a mi y comenzar a pasar su boca al rededor de mi cuello mientras yo me tensaba. ¡Maldito bastardo! Solo teníamos 13 años y ya sabía el punto débil de las mujeres. Este sonrió y se aparto de mi para sentarse en su cama y alzar una ceja.

Los reyes de Slytherin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora