Los reyes de Slytherin.

Te matare con mis manos

Alguien me ha dado la idea de que en este tomo nuestra Charlotte quede con Theodore Nott ¿Qué piensan sobre esto?
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Me desperté con rapidez y me fije que mis compañeras de cuarto ya se habían ido. ¡Mierda! Iba a llegar tarde a todas las clases, tome mi uniforme y me lo puse con prisa quedando este horrible. Una falda mal puesta y demasiado corta, el polo por fuera y mi capa arrugada encima. Tome mi cartera y salí corriendo hacia el invernadero numero 3 ya que me tocaba Herbología con los Glyffindors. Cuando llegue la señorita Sprout me miro de arriba a abajo molesta por mi tardanza.

-Señorita Dumblendore por fin se digna a aparecer. -Comento mientras los chicos se me comían con la mirada, comencé a ponerme mi falda mas baja bastante cabreada.- Y por lo que veo le ha debido vestir el calamar gigante.

-Y por lo que veo a usted le ha vestido su abuela. -Dije retándola y todos los de mi casa comenzaron a reírse. Ella se quedo muda y señalo la puerta. -Ya sabe, al despacho del director. - Refufuñe una maldición y me fui hacia el despacho de mi tío Albus. Perfecto me iba a caer la bronca pero por dos, mi tío me castigaría. Odio este colegio... A cada cosa que haga el se entera si o si. Cuando llegue a mi destino comencé a pensar en cual seria la maldita contraseña.- Ranas de chocolate -No paso nada- ¿Sorbete de limón..? -Y la gárgola me dejo pasar.

Subí por la gran escalera de caracol hasta llegar al despacho y abrí la puerta furiosa. Una gran habitación rodeada por una estantería donde se depositaban libros viejos, en el techo se veían sus cosas de astronomía ya que le encantaba este arte. Confome te ibas  adentrando una gran mesa de madera de roble con múltiples instrumentos sobre ella y una silla imponente. Me senté en una de las dos sillas que se encontraba en frente de la silla donde se sentaba mi tío Albus. Mire hacia mi izquierda y me encontré un armario con puertas de cristal donde se veían pequeñas botellitas y al lado otro armario de madera. Tire mi bolsa en cualquier sitio del suelo y comencé a morderme las uñas. Este suspiro y comenzó a negar con la cabeza sin mas. Nos quedamos ahí callados durante media hora hasta que alze una de mis cejas intrigada ya que no sabía que estábamos haciendo parándonos aquí sin pronunciar ninguna palabra. El solo alzo su varita y con un movimiento mi cabello volvió a su tono original. Mi cabello en realidad era una mata de pelo de un color negro azabache y yo lo odiaba ya que con mi pálido rostro y mis labios rojos como la sangre me parecía al cuento muggle de la blancanieves. Tome mis cosas y me fui maldiciendo por lo bajo. Cuando mire mi horario ahora me tocaba adivinación, perfecto (Nótese el sarcasmo). No fui a mi primera clase de adivinación pero el trio de leones me contó que le había dicho algo a Harry del Grim. Una criatura que indicaba que algo malo te iba a pasar, para mi son chorradas. Entre en la clase de adivinación y me senté en la parte de los Slytherins ya que sería bastante raro que me sentara con el trio Maravilla. Cuando comenzaron a llegar los alumnos se me quedaron mirando fijamente. Cuando casi todo el mundo estaba en sus asientos entraron los tres mosqueteros de Slytherin. Draco Malfoy iba en el centro marcando la marcha con su aire aristocrático, el callado y sin sentido del humor Theodore Nott a la izquierda de Draco y a la derecha de este iba su fiel amigo Blasie Zabini, un bromista sin remedio. Theo se sentó a mi lado alzando una ceja al ver mi cabello y yo solo me encongi de hombros. Al lado de Theo se sentó Draco y Zabini, les salude con un movimiento de cabeza correspondido. Comencé a hacerme una trenza de espiga ya que la profesora se retrasaba, cuando terminé la trenza me llegaba al terminar mis omóplatos. Y allí hizo su aparición la profesora Trelawney, dijo que hoy también seguriamos con las hojas de té y que para la siguiente clase pasaríamos a leer en la bola de cristal y el próximo paso sería el mundo de los sueños. Me coloque con Theo y tome mis hojas de té y suspirando intente adivinar lo que sus hojas decían.