Sarah Jones 23 años, una chica normal como cualquier otra, se muda a Seattle consu mejor amiga a terminar la carrera de sus sueños. Para ella lo más importante eran sus dos mejores amigos, lo único único que le quedaba después de perder a sus padres...
Estoy nerviosa. muy nerviosa, hoy va a ser mi primera cita con Will y estoy que no puedo conmigo.
Sigo contemplando mi figura en el espejo hasta que unos carraspeos me hacen voltear, Heather me mira con una sonrisa ladina desde el marco de la puerta
- Sarah, llevas quince minutos mirándote en el espejo, estas perfecta
- ¿Tú crees?, digo me veo bien pero ¿no crees que voy muy llamativa? - digo mirándome de nuevo en el espejo
- Cariño de eso se trata, de que llames su atención - dice tumbándose en mi cama
(Vestido de Sarah)
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Respiro profundo y aliso el vestido con mis manos
- Nena tienes a ese hombre en el bote, solo se tú misma y disfruta
- Tienes razón...
- Esa es mi chica - dice sonriendo
Justo es ese momento suena el timbre y mis nervios se disparan. Como autómatas Heath y yo miramos el reloj de la pared
- Ahí está tu romeo, y puntual - dice señalando el reloj; las diez en punto - venga termina de arreglarte yo le abro
Termino de colocarme los pendientes retoco el labial echo unas gotitas de perfume, termino de preparar el mini bolso que Heather me ha prestado; el cual cabe decir que no es muy grande pero cabe lo esencial teléfono, billetera tamaño mini, llaves y labial.
Una vez lista me doy un último vistazo en el espejo y suspiro
- Todo va a salir bien - me digo a mí misma
Cuando llegó a la sala Heather y William hablan animadamente, pero no logro enterarme de qué, porque en cuanto aparezco en su campo de visión dejan de hablar. William me mira de arriba abajo, de abajo arriba, su mirada es tan intensa que me abruma. Aunque yo tampoco me quedo atrás, lo miro de la misma forma, este hombre es como una escultura de Miguel Ángel. Está tremendamente bueno, quiero decir... está muy elegante lleva un traje negro que se le ciñe bastante al cuerpo y hace resaltar sus músculos
- ¿Me veo mal? ¿Debo cambiarme? - pregunto ya que no dice nada
- No, no para nada es solo... estas perfecta - se acerca deja un beso en mi frente automáticamente me sonrojo mientras acaricia mi mejilla
- Gracias - digo en un susurro
- Si preferís os dejo la casa - dice Heather con una sonrisa picara
- Ah... no... bueno... ¿nos vamos? - pregunta William tendiéndome su brazo el cual acepto gustosa
- Pasarlo bien - se despide Heath desde la puerta - ah Sarah se me olvidaba - me giro para verla y me sonríe malévolamente - usa protección - grita y entra en casa riendo
