ᴍᴏɴᴀʀᴄᴀ ᴍɪɴ 👑 [민 군주]《짐슈》

👑01.하나👑

-漫~*'¨¯¨'*·舞~ 👑~舞*'¨¯¨'*·~漫-

Un torrencial aguacero acompañado de una tormenta eléctrica caía en el Reino de Silla ese quince de noviembre, los Reyes dormían tranquilos en su cómoda cama mientras dos guardias resguardaban su seguridad en la puerta de su cuarto, otros tres en la entrada del templo, diez en todo el lugar cuidando y velando que el sueño de los gobernantes no sea interrumpido conservando así la paz.

Ninguno se percató de aquella sombra que se movía entre la oscuridad y los muros del templo vistiendo totalmente de negro con una espada atada a su cadera la cuál acabaría con la vida de los Reyes esa misma noche.

Entró por la ventana, fue directo a la cama y apuñaló a la reina en su vientre, esta no pudo defenderse ni decir nada por que otra puñalada con la espada perforó su pecho acabando con su vida al instante.

El rey despertó desorientado pero al ver en la tenue luz que le brindaba la luna el charco de sangre de su esposa reaccionó sacando una espada que yacia en la cabecera de su cama haciendole frente al hombre al levantarse y posicionarse en posición de batalla, bastó que este moviera sus manos en distintas formas inentendibles para que el rey no tuviera control de su cuerpo, sólo pudo gritar cuando la espada del enemigo atravesó su pecho justo en su corazón poniéndole fin a su vida.

Los guardias escucharon el grito y entraron al instante encontrándose con la ventana abierta y a sus dos gobernantes tirados en el suelo en un charco de sangre, muertos.

El hombre hacia un trabajo limpio pues ya estaba en la alcoba del príncipe sin ser observado, sólo quedaba él para desaparecer a la familia más poderosa del clan Min. El pequeño heredero dormía plácido cuando el hombre lo descubrió de sus mantas de pies a cabeza, despertandolo al sentir el frío invadir su cuerpo.

Un rayo cayó y el pequeño pudo ver el rostro de la persona que lo despertó, jamás olvidaría esos ojos uno era de color gris platinado y el otro rojo sangre, en unos pocos segundos el hombre dejó caer su espada sobre él pero pudo esquivarlo rodando por la cama, sin embargo, el filo del arma rozó su rostro causando una herida desde arriba de su ceja hasta su pómulo.

El príncipe comenzó a gritar adolorido mientras la caliente sangre recorría todo su rostro, unos guardias entraron entonces atacando al agresor este se movió rápido, iba a salir a como entró cuando el pequeño le metió el pie haciéndolo caer sobre una antigüedad afilada provocando una herida en su costado.

Los guardias fueron diligentes iban a terminar con la vida del asesino cuando otro llegó a auxiliarlo, una mujer por su figura, la fémina atacó a los dos guardias dejándolos noqueados pero más se acercaban, debía elegir sobre mantener su vida y la de su compañero o terminar el trabajo y asesinar al príncipe, optó por salir huyendo cuando vio que eran más de los que podría combatir pues ella no tenía armas, tomó a su compañero y ambos salieron.