Agnes Black sabía perfectamente bien que ya nada seria sencillo, no después de ver como las personas regresaban de la muerte para comerse a los vivos. Para su buena, o mala, suerte, conoce a Rick Grimes, un hombre recién despierto de un coma. El hom...
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"Siempre te acompañare"
-¿Estas seguro de que están muerto?- pregunto Rick con miedo
Ya era de día, si amanecí viva, gracias a dios. Decidimos ir de nuevo a la casa de Rick para averiguar si su esposa e hijo había dejado alguna pista de adonde había ido. Algo que yo haría ayer, pero no pude por que atacaron al policía.
Una vez que Morgan le afirmara que si estaban muertos y que solo era algo del cerebro, el caminante se levanto y se encamino hacia Rick listo para darle un mordisco, pero este comenzó a golpearlo con el bate en la cabeza. Una vez que el caminante estaba en el suelo, Rick comenzó a quejarse.
Cuando ya estábamos yendo a la casa de Rick, Duane y yo hicimos una pequeña competencia con las patinetas, tenia otra guardada. Era divertido, y bueno tener un poco de diversión en el fin del mundo. Claramente, estábamos alerta de que ningún caminante se acercara por el ruido de la skateboard contra el pavimento.
-Están vivos, mi esposa y mi hijo- dijo Rick cuando nos adentramos en su hogar-. Al menos lo estaban cuando se fueron
-¿Como puedes saberlo? Por como se ve este lugar- Morgan miro toda la casa incrédulo
-Encontré cajones vacíos en el dormitorio. Se llevaron algo de ropa, no mucha, pero la suficiente para viajar
-Cualquiera pudo entrar aquí y robarse esa ropa, ¿Cierto?
Bueno, Morgan tiene un poco de razón, yo haría lo mismo.
Después de eso, Duane menciono que tal vez la esposa de Rick y su hijo, Carl, se encontraban en Atlanta, en el centro de refugiados. Por un segundo, el rostro del hombre se ilumino, tenía esperanza de encontrar a su familia, yo también quisiera tenerla. Quería tener un poco de esperanza, pensar que estaré bien sin mamá y sin mi hermano. Pero solo era eso, una ilusión que me decía todos los días que tenia que seguir en pie para poder sobrevivir.
Una ilusión que tal vez no era cierta.
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Sonreí un poco al escuchar las risas de Morgan, Duane y Rick en el baño de hombres, yo me encontraba en el de mujeres. Habíamos llegado a la estación en la que trabajaba antes Rick, por suerte había agua caliente, hace mucho que no me bañaba con agua caliente. Normalmente era agua fría, ayudaba un poco para el calor que sentía, pero aun así, era muy necesaria el agua caliente.
