O1 | THE MAN OF THE HOSPITAL

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"El hombre del Hospital"

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"El hombre del Hospital"

Llevaba bastantes días sola, o semanas, no se. Supongo que desde que comenzó el apocalipsis. Vagando por las calles de este pueblo sin saber que hacer. Perdí a mi madre y a mi hermano al instante en que comenzó todo. Era horrible estar sola en un mundo donde los muerto vuelven a la vida y desean comerse a los vivos y cuerdos. No sabía como yo, una simple niña de once años había sobrevivido al fin del mundo sola. Agradecía al idiota de mi padre a enseñarme a usar el arco y algunas armas.

Lo único en lo que podía pensar, es que no podía fallarle a mi madre tan rápido, tenía que resistir la mayor parte del tiempo. Sin llorar, sin mostrarme débil, sin dejarme pisotear, o sin rendirme ante todos los villanos que se encuentran ahí afuera. Por que los villanos no solo están en los cuentos de hadas, estos también están en la vida real.

Por el momento, mi destino era un hospital abandonado en el pueblo en el que me encontraba. Quería encontrar la manera de tener un poco de "esperanza" en los últimos días antes de partir hacia cualquier lugar.

Avanzaba con sigilo por los pasillos desiertos del hospital con mi arco en mano. Llevaba días por el vecindario tratando de encontrar un poco de comida y medicina, y si es posible, un par de armas no me vendrían mal. 

Una vez adentro, me fije en la fachada, demasiadas hojas por el suelo y algunas sillas con ruedas por el suelo. Me acerque a la recepción con tal de encontrar algo, unas pilas, una linterna o algún encendedor para poder hacer una fogata en la noche en algunas de las casas que estaban cerca. Estaba rebuscando en los cajones cuando un sonido fuerte seguido de unos gritos me hizo sobresaltar.

 —¡Por favor, ayuda! ¡Alguien!

Estaba por irme, pensando que se trataba de alguna persona con un par de zombies detrás de el. No podía perder munición en personas que no conozco y que tal vez no volvería a ver en mi vida. Pero el tono de voz de esa persona me hizo girar sobre mis talones.

—Espero no arrepentirme— susurre con mi arco preparado.

Con cautela me fui acercando a la habitación de donde había venido el ruido, frente a esta se encontraba un camilla, como impidiendo el paso. Frunciendo el ceño, moví la camilla hacia un lado abriendo la puerta con lentitud esperando el ataque de alguien. Pero mi sorpresa fue encontrarme a un hombre, con una bata de hospital mirando en mi dirección. Tenía algunas gotas de agua bajando por su barbilla.

—¿Por que gritaste?— pregunte apuntándolo con mi arco.

El hombre parpadeo un par de veces, se tomo la cabeza con sus manos y en ese instante me di cuenta de algo.

—¿Te mordieron?— pregunte un poco inquieta ante el vendaje en su abdomen.

—¿Que esta pasando? ¿Donde están las enfermeras y los doctores?

The Archer | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora